Hoy: 22 de noviembre de 2024
El pasado 21 de agosto, Gibraltar acusó al patrón de un pesquero español, Jonathan Sánchez, de faenar en aguas que reclama como suyas. Sin embargo, según el Tratado de Utrecht de 1713, no pertenecen al Reino Unido, sino a España. Ante esto, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha presentado quejas por la intromisión de las autoridades británicas en territorio nacional.
La administración gibraltareña lo acusó por pesca ilegal de especies en peligro de extinción, entre otros cargos. Por otro lado, Sánchez denunció “acoso” por parte de la colonia, que, según él, es el motivo por el que muchos compañeros de su profesión han dejado de trabajar en las aguas que rodean al peñón.
Aparte de esta polémica, en esta área, se han producido más incidentes este verano que han enfrentado a Reino Unido y a España. Como el del 1 de agosto, cuando el buque Gas Venus, con bandera de Panamá, vertió una gran cantidad de petróleo, cuando repostaba combustible de otro buque.
Dicha práctica, conocida como bunkering, está prohibida en España, pero está permitida en aguas británicas, que, según Gibraltar, son las que rodean su territorio.
Otro incidente, también de agosto, y que denuncia Asuntos Exteriores, implica a los servicios aduaneros de Reino Unido. El ministerio de José Manuel Albares critica que estos entorpecieran las labores de los responsables de la seguridad fronteriza española, que perseguían a otro buque.
En el lado contrario, Gibraltar critica que, el pasado lunes, un patrullero de la Armada española, el ‘Centinela P72’, navegara frente al peñón, en las aguas que reclama como suyas. Aun así, a Asuntos Exteriores no le consta que el Reino Unido haya puesto una denuncia al respecto.
Más allá de estos conflictos, tras el Brexit, tanto España como Reino Unido coinciden en la importancia de llegar a un acuerdo en torno a Gibraltar. Tras las elecciones generales, se espera que ambos países retomen el diálogo sobre la frontera del peñón. Uno de los puntos del mismo recoge la eliminación de la verja, ya que la colonia formará parte del espacio Schengen, al igual que los estados miembros de la UE.
Actualmente, la UE estudia cómo incluir en su marco legal a la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex), la empresa que vigilaría el flujo de personas entre ambos países. El Reino Unido se siente molesto por el hecho de que Bruselas no lo haya hecho todavía, aunque ha acordado de manera bilateral con España que la compañía pueda realizar sus labores en el límite entre los dos estados.
Frontex, creada en 2004 y ampliada en 2016, es la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, especializada en apoyar a países miembros de la Unión Europea y a los países asociados al tratado de Schengen a proteger las fronteras exteriores del espacio de libre circulación de la UE.
Hay que recordar que la UE defiende que España tiene la última palabra en el control fronterizo. Aunque Moncloa ha decidido que esta competencia sea responsabilidad de Frontex. Una manera de acercamiento al Reino Unido en la cuestión siempre polémica de Gibraltar.