Aunque se intente ponerle sordina a los desvaríos, que escribía Machado, los españoles estamos sufriendo mucho con el tema de la amnistía y otras lides. Ese dolor tiene un plus, en los que nos sentimos cristianos, causado por la indiferencia escorada de
Averroes se empeña en manifestarnos que al convencimiento, para el que están dotadas algunas personas, se llega por la demostración, por argumentos dialécticos o por procedimientos discursivos u oratorios. Ya vemos que parte de nuestra sociedad no precisa demostración alguna, se siente
Los burros, con sus ojos grandes, ofrecen una mirada fija y solemne, como de fiel compañía que no quisiera molestar. Aprenden, igual que todos los animales, cuando se les enseña a cumplir adecuadamente sus tareas. Nunca supe por qué a los más
Después de acicalarse ante el espejo, la mañana se hace mujer y busca la manera de recorrer las horas, solvente y perfumada. Todas las mañanas terminan siendo días enteros a causa de las horas y, aunque no lo manifiestan, su deseo es
Casi llegando a Córdoba existía una estación de ferrrocarril, más bien un apeadero, que se llamaba Los Cansinos. Curioso era detenernos allí para que la máquina de carbón respirase con el agua nueva que le caía por las boca grande dispuesta. Nadie
Cuando en el 90 cumpleaños de don José Antonio Muñoz Rojas me correspondió el turno de palabra, argumenté que el gran poeta era, además, un verdadero maestro. -“Nunca debió llamarme maestro”, me espetó, muy enfadado de verdad, el antequerano. En sucesivos encuentros
Hace ya mucho tiempo se levantó un grupo de iluminados y gritó: “Cataluña es una nación. Viva Cataluña libre”. Paralelamente, otro grupo de visionarios, con ph en su sangre enamorada, se adueñó de la misma cantinela: “El País Vasco es una nación
Estoy seguro que los independentistas catalanes o vascos o vaya usted a saber los que vayan viniendo, han leído a san Juan de la Cruz cuando asegura que “el corazón del hombre no se contenta con menos de Dios”; ellos han humanizado
De los pactos con el demonio no se libran ni los papas. Algunas leyendas con más o menos credibilidad aseguran que Silvestre II había conseguido su pontificado gracias a un demonio mujer que se llamó Meridiana, a cuyas ternuras se acercó después