Hoy: 23 de noviembre de 2024
En la investigación, presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que se está celebrando en Barcelona, el tiempo caluroso se relacionó con un exceso de muertes por cardiopatía y accidente cerebrovascular en pacientes con afecciones cardíacas.
“El cambio climático está provocando un aumento de la temperatura media mundial, pero también un frío extremo en algunas regiones. Durante el verano de 2003 se produjeron más de 70.000 muertes en toda Europa debido a las intensas olas de calor. El frío también es responsable del exceso de muertes e ingresos hospitalarios”, explica el autor del estudio, el profesor Stefan Agewall, de la Universidad de Oslo (Noruega).
El análisis incluyó a 2,28 millones de adultos de cinco estudios de cohorte realizados en Italia, Alemania, Reino Unido, Noruega y Suecia entre 1994 y 2010. La edad media osciló entre los 49,7 y los 71,7 años y la proporción de mujeres osciló entre el 36,0 y el 54,5 por ciento.
Se incluyeron participantes con y sin enfermedad cardiovascular al inicio del estudio. Los datos sobre la mortalidad y la enfermedad de nueva aparición se recogieron a través de los registros de mortalidad y enfermedad y de las encuestas de seguimiento.
Las temperaturas medias diarias del aire en los domicilios de los participantes se recogieron de las estaciones meteorológicas locales o se estimaron mediante la modelización de los datos de temperatura de las estaciones meteorológicas
Las relaciones entre la temperatura y las afecciones cardiovasculares y la muerte se analizaron para todos los participantes y en subgrupos con características particulares.
Se utilizó un diseño de estudio de casos cruzados estratificado en el tiempo, en el que para cada participante, los investigadores compararon la temperatura del día de la semana en que se produjo un evento adverso (por ejemplo, el lunes) con la temperatura del mismo día de la semana sin evento adverso (por ejemplo, todos los lunes restantes) dentro del mismo mes.
El uso de comparaciones dentro de los participantes entre los días del mismo mes eliminó los posibles efectos de confusión de las características de los participantes y las tendencias temporales.
El análisis reveló un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en general y por cardiopatía isquémica en particular, así como un riesgo elevado de cardiopatía isquémica de nueva aparición, asociado al clima frío.
Con un descenso de la temperatura de aproximadamente 10°C, de 5°C a -5°C, había un 19 por ciento más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y un 22 por ciento más de probabilidad de muerte por cardiopatía isquémica. El riesgo de sufrir una cardiopatía isquémica de nueva aparición era un 4 por ciento mayor cuando la temperatura descendía aproximadamente 11 °C, de 2 °C a -9 °C.
“Las relaciones entre las temperaturas frías y las muertes fueron más pronunciadas en los hombres y en las personas que vivían en barrios con un nivel socioeconómico bajo. Los vínculos entre el frío y la cardiopatía isquémica de nueva aparición fueron más fuertes entre las mujeres y las personas mayores de 65 años”, apunta Agewall.
El calor no se relacionó con efectos perjudiciales en la población general del estudio. Sin embargo, los aumentos de temperatura de 15 °C a 24 °C se asociaron con un 25 y un 30 por ciento de aumento del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular e ictus, respectivamente, en las personas con cardiopatía al inicio del estudio.
“Los médicos pueden utilizar esta información para ofrecer consejos adaptados a las personas con mayor riesgo de sufrir resultados adversos para la salud durante los días de calor y frío. Los pacientes con enfermedades cardíacas deben mantenerse hidratados cuando hace calor y seguir los consejos de su cardiólogo sobre el uso de la medicación. Todos podemos consultar las noticias sobre alertas de calor y frío extremos y seguir los consejos de seguridad de las autoridades locales”, remacha Agewall.