Hoy: 25 de noviembre de 2024
Un tumor cerebral se forma cuando un conjunto de células anormales comienza a crecer en el cerebro o en áreas cercanas a él, como las meninges en el caso de los meningiomas. No todos los tumores cerebrales son cancerosos, pero todos ellos tienen el potencial de interferir en el funcionamiento normal del cerebro.
En España, se estima que la incidencia de tumores cerebrales es de 7.5 casos por cada 100.000 habitantes al año. Esto significa que aproximadamente entre 3.000 y 3.500 nuevos casos de tumores cerebrales se detectan anualmente en el país, que tiene una población de 47 millones de habitantes. Además, la incidencia de metástasis cerebrales, que no se consideran tumores cerebrales primarios, es aún mayor, con alrededor de 14.000 casos al año en España.
Es importante señalar que algunos tumores cerebrales se clasifican como benignos desde una perspectiva histológica, lo que significa que su crecimiento es lento y que, en algunos casos, la cirugía completa de extirpación puede llevar a la curación del tumor. Sin embargo, los tumores cerebrales malignos tienen un crecimiento más rápido y, en la mayoría de los casos, la extirpación quirúrgica por sí sola, incluso cuando se combina con otros tratamientos como la radioterapia o la quimioterapia, no suele arrojar una cura completa y eficaz.
En la mayoría de los casos, no conocemos la causa exacta del desarrollo de un tumor cerebral. Sin embargo, existen ciertos factores, como la exposición a radiaciones o antecedentes familiares, que pueden aumentar el riesgo de padecerlo. Los síntomas varían según la ubicación del tumor. Algunos pueden provocar dolores de cabeza inusuales, mientras que otros pueden ocasionar problemas de visión, de memoria o incluso déficit motores o sensitivos.
En ocasiones, estos tumores pueden causar sangrados, presentando síntomas similares a los de un ictus. En otros casos, la inflamación asociada a la tumoración puede llevar a un estado confusional o alteración del comportamiento. Estos suelen responder favorablemente a corticoides mientras se busca un tratamiento para la lesión.
El diagnóstico sigue basándose principalmente en la resonancia magnética, y el uso de espectroscopía puede ayudar a determinar el tipo histológico de la lesión, aunque el diagnóstico definitivo se realiza mediante un examen microscópico histopatológico.
En muchas ocasiones, especialmente en ubicaciones profundas, se realiza una biopsia del tejido para determinar el tipo de tumor, su histología y sus características moleculares. Esto permite definir terapias más específicas, y en casos de lesiones profundas de difícil resección, se pueden optar por tratamientos específicos de quimioterapia o radioterapia.
En cuanto al tratamiento, la cirugía sigue siendo la opción preferida para la mayoría de los tumores. Como mencionamos anteriormente, en el caso de tumores benignos, la extirpación quirúrgica puede llevar a la curación. En tumores no benignos, la cirugía reduce el tamaño del tumor, lo que mejora la efectividad de los tratamientos complementarios como la quimioterapia o la radioterapia. Se ha demostrado que la cirugía no solo aumenta significativamente la esperanza de vida en estos casos, sino también la calidad de vida de los pacientes.
Hoy en día, contamos con una amplia variedad de tecnologías quirúrgicas para realizar de manera segura la resección de estos tumores.
Después de una cirugía cerebral, la rehabilitación es de vital importancia, no solo a nivel físico, sino también desde una perspectiva psicológica y funcional. En el Instituto Clavel Rehabilitación, brindamos atención no solo a los pacientes, sino también a sus familiares, ya que enfrentar una cirugía para tratar un tumor cerebral puede ser una situación altamente estresante. Como en cualquier afección tumoral, la prevención juega un papel relevante.
Nuestro consejo es llevar un estilo de vida saludable y evitar la exposición a sustancias tóxicas. Aunque todavía queda mucho por descubrir y los tratamientos farmacológicos específicos para los tumores cerebrales continúan evolucionando, es fundamental que los pacientes y sus familias sepan que tanto la cirugía como las terapias complementarias han experimentado mejoras significativas en el tratamiento de estas lesiones.