El Rey se interesa al fin por los incendios que devastan España mientras Letizia y sus hijas siguen de ‘vacaciones privadas’ no se sabe dónde pero con dinero público

19 de agosto de 2025
6 minutos de lectura
Inendio
Bomberos trabajan para extinguir el incendio, a 10 de agosto de 2025, en Molezuelas de la Carballeda, Zamora (España) / Emilio Fraile - Europa Press

La Reina huye en cuanto puede del palacio de Marivent, donde veraneaban don Juan Carlos y Doña Sofía para promocionar el turismo nacional… Y el Pollastrón, ‘erre que erre’

Es sabido que la Familia Real, salvo la anciana Reina emérita Sofía, escapó en cuanto pudo de esa “cárcel” que para sus integrantes (sobre todo, la Reina consorte Letizia) son Palma de Mallorca y el lujoso palacio de Marivent, e inició lo que la Casa y sus corifeos denominan, desde hace años, sus “vacaciones privadas”.

Unas vacaciones que poco tienen de privadas, pues embarcan en un avión de la Fuerza Aérea española, acompañados de una pléyade de asesores, escoltas, maquilladoras y servicio-

Todo ello a cargo del erario público, es decir, gratis total, que para eso son los Dinastas y sus hijas quienes disfrutan de las vacaciones. 

Vacaciones privadas son las que se pueden permitir (y cada vez menos) los españolitos de a pie, que pagan de su bolsillo el hotel, el apartamento o la casa rural en que pernoctan una semana o dos, su coche, el combustible, los billetes de tren, barco o avión y, naturalmente, todos los gastos que las vacaciones comportan (comidas, ocio, etc.).

Eso son vacaciones privadas y no las de los Reyes y su prole (que se abonan con fondos públicos).

Pero este año, y casi coincidiendo con el inicio de la escapada, la mala suerte ha querido que se desatara en media España (la arbolada y no la desértica) una serie de aterradores incendios que están dejando una horrenda secuela de muertes, daños en propiedades privadas y una muy seria afección de la agricultura y la ganadería así como del patrimonio natural y ecológico que arroja, además de las irreparables pérdidas humanas, astronómicos daños en la economía y en la naturaleza.

Han sido y están siendo muchos los españoles gravísimamente afectados.

Las familias de los fallecidos y los heridos, unos y otros sorprendidos por las llamas y la mayoría cumpliendo con su deber o colaborando altruistamente en la lucha contra el fuego y la destrucción; los afectados por la pérdida de sus hogares, propiedades y negocios (generalmente personas de economía vulnerable, ancianos y agricultores y ganaderos, que, como habitantes de esa España vaciada sobre la que a veces pontifica ante selectos auditorios la Reina consorte con voz campanuda e impostada de compasivo progresismo, son quienes más han sufrido, y sufrirán, los efectos del desastre); los pueblos y aldeas devastados o cuyo entorno y riqueza natural ha desaparecido y, con suerte, no volverá a recuperarse en decenios; en fin, provincias ya envejecidas y empobrecidas que verán agravada su ya precaria situación.

Se ha criticado, con razón más que sobrada, la actitud de ese pollastrón insensible que es el Presidente del Gobierno, que solo después de varios días se ha dignado salir, luciendo un envidiable bronceado, de “su” palacio de La Mareta para hacer unas visitas meramente formularias a algunas de las Comunidades autónomas más afectadas por este infierno.

Naturalmente, sin mezclarse con el pueblo, para que no le ocurra lo de Paiporta y tenga que salir otra vez por pies.

Felipe VI reapareció este domingo

Pero el Rey Felipe VI no ha reaparecido en España sino hasta el pasado domingo 17 de agosto, y a última hora, cuando ya desde hacía una semana los observadores y los técnicos avisaban de que los efectos de la catástrofe iban a ser terribles.

Aterrizó el Monarca en Torrejón, al parecer (dado que la transparencia es un concepto desconocido por la Familia y la Casa Reales, nada se sabe con seguridad acerca de dónde se encontraban los Dinastas, la Princesa de Asturias, heredera del trono y la Infanta) procedente de Tesalónica.

Pues parece ser que este año el destino elegido para pasar las vacaciones privadas, unidos o cada uno por su cuenta, ha sido Grecia, competidor turístico directo de nuestro país.

Y lo ha hecho a bordo de un Falcon de la Fuerza Aérea, y en el mismo Torrejón se celebró una reunión en la que el Teniente General Jefe de la UME, en presencia de su valedora la Ministra Margarita Robles, le expuso la situación.

Tras esa breve y formularia exposición (sin olor a humo ni relación con las víctimas), el Rey voló a Palma de Mallorca, pues ya se sabe que desde el palacio de Marivent las cosas se contemplan con más claridad, sin que el humo nuble la vista.

En cambio, la Reina consorte Letizia Ortiz, la Princesa de Asturias y la Infanta, Leonor y Sofía de Borbón Ortiz, continúan sus merecidísimas vacaciones en paradero desconocido.

Ni siquiera fingen

Ellas no se han dignado siquiera fingir, hasta el momento, que, ante la gravedad de la situación y el sufrimiento de miles de españoles, interrumpen sus necesarios y divertidos días de asueto estival y se reintegran al país que las mantiene y al que no se les cae de la boca afirmar que están dispuestas a servir con abnegación y entusiasmo en cualquier ocasión que se presente.

Pero entre disfrutar de las preciosas calas de Grecia, sus verdes aguas, los alegres y despreocupados amigos y los lujos que su situación les permiten y viajar a zonas rurales destrozadas, con personas ancianas, aterrorizadas ante su futuro y que solo pueden exponer penas o tener que soportar explicaciones de bomberos, guardias civiles, forestales, militares y voluntarios oliendo a sudor y sucios de hollín, esforzarse en soltar alguna lagrimita y ver la realidad de su país, para solidarizarse con sus ciudadanos, la opción es clara.

Luego se nos hablará a los ciudadanos (a los que se nos trata como súbditos) de la voluntad de servicio de la Familia Real, de sus sacrificios por los más desfavorecidos, del ejemplo que ofrecen la Princesa de Asturias y la Infanta para la juventud de nuestro país, de sus esfuerzos por prepararse sólidamente para servir en el futuro a la sociedad española, de que están muy al día de lo que pasa en “la calle” y de lo que desea “la gente”, de la proximidad de la Reina consorte a los problemas de la sociedad española, que vive como propios, etc.

Pero con toda esa serie de mentiras a nadie se engaña ya. Como dijo Aleksandr Solzhenitsyn “sabemos que nos mienten; saben que nos mienten; saben que sabemos que nos mienten; sabemos que saben que sabemos que nos mienten; y aún así siguen mintiendo”.

La realidad que se percibe tras el trampantojo que todas estas actuaciones ponen de manifiesto es desoladora.

Con un Gobierno instalado en la mentira, en la más absoluta indigencia intelectual y moral y en el trato a los españoles como débiles mentales, la Jefatura del Estado no debería ofrecer la imagen de nuevos ricos desapegados del sufrimiento de un pueblo que viene presentando ya signos de fatiga y en el que empiezan a manifestarse señales de un profundo descontento y una sorda disconformidad con el sistema alumbrado en la Transición.

El Pollastrón, nada de elecciones

Ha de descartarse que el partido de Pedro Sánchez Pérez-Castejón (no el PSOE), con el que, al parecer, la Reina consorte no se priva de dar muestras de simpática cercanía, esté dispuesto a dar un golpe de timón que, mediante una inmediata convocatoria electoral, enderece y aclare el rumbo de la política española. Descartado.

Por otro lado, resulta más que dudoso que, aún en ese caso, si el primer partido de la oposición alcanzara el poder corrigiera los endémicos defectos que nos conducen a una decadencia imparable, principalmente a través de la reforma de la Ley Orgánica Electoral General (exigiendo un mínimo del 5% del voto escrutado para obtener representación parlamentaria en las Cortes Generales).

En esta tesitura, la Jefatura del Estado no parece, dada su actitud, un faro al que el pueblo español pueda fiar su futura singladura. Es urgente que se corrijan comportamientos que hieren la sensibilidad de los españoles, agobiados por impuestos confiscatorios, cuyo trabajo se ve pésimamente retribuido y a los que cada día el Estado ofrece servicios más deficientes.

En todo caso, el Parlamento debería regular la actuación de los miembros de la Familia Real, que nunca es privada mientras mantengan su estatus.

En un país serio no puede darse el caso de que el Jefe del Estado, la Heredera del Trono y la segunda persona en la línea de sucesión “desaparezcan” fuera de las fronteras de la nación durante dos o tres semanas.

Eso sí, en paradero desconocido para el pueblo que todo lo paga con sus impuestos, con la excusa de que el escrutinio público les es molesto.

Si tan insoportable es la carga que soportan podrían fácilmente renunciar a sus funciones y convertirse en ciudadanos normales. La Reina consorte ya sabe lo que eso supone.

Además con la magnífica preparación académica de los Dinastas y sus hijas esa nueva vida les sería sumamente fácil y cómoda.    

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Trump y Putin se reencuentran en Alaska sin avances concretos sobre Ucrania: «Queremos una solución a largo plazo»

Los dos líderes coinciden en que la reunión ha sido "muy productiva" y dejan la puerta abierta a un segundo…

Julio da paso a un agosto de calor intenso con temperaturas hasta 10ºC más altas de lo normal en buena parte del país

El calor volverá a ser protagonista a partir del domingo, con máximas de 40°C en el sur y hasta 42°C…
Villarejo asegura que el CNI instaló cámaras en los prostíbulos de la familia de Sánchez para investigar a 'independentistas'

Rubalcaba pidió como «favor personal» a Villarejo que investigase los prostíbulos de la familia de Sánchez, asegura el comisario

"Un tío de izquierdas (Sánchez) que va con la bandera del rollo este feminista..., y lo tiene lleno de polacas…
El debate sobre la corrupción convierte hoy el Congreso en un volcán con una posición crecida y un Gobierno decidido a resistir contra viento y marea

En directo: La corrupción convierte hoy el Congreso en un volcán con una oposición crecida y un Sánchez decidido a resistir a cualquier precio

Pedro Sánchez acude con medidas pero no con la que exige la oposición: que asuma responsabilidades políticas y adelante las…