Tiene 78 años y, con el presentado ayer, son ya 30 los libros que atesora el prolijo escritor y sacerdote don Pedro Villarejo, la mano que guía en Fuentes Informadas los relatos de El Duende, El Cura de El Ángel o Dios en un instante.
Ès uno de los mejores columnistas de España. Villarejo exhibió este jueves en los salones municipales del Mirador del Carmen, de Estepona, su última obra: Luz del labio con el beso dentro (Ediciones Vitrubio).
Un forjado de 54 poesías extraídas del alma más reflexiva y onírica de este sacerdote cordobés criado entre El Carpio y Montoro («Nací en un pueblo partido por el río, de caudal sonoro…»), pasando por sus 16 años en Argentina, su otra querida patria.
Don Pedro Villarejo está ahora a caballo entre Estepona y Marbella. Da misma todos los fines de semana en la Rectoría del Santo Ángel («Estoy jubilado, pero los curas nos morimos en el altar», señala a este digital).
Un excelso escritor hispano tardó un año en hallar el término exacto con el que pretendía expresar una de sus ideas. En los escritos diarios de don Pedro, como le llaman sus fieles devotos y amigos, siempre refulgen palabras exactas. [Fuentes Informadas tiene la dicha de tener a diario en exclusiva su pluma].
Casi acaba de llegar de Argentina, de reencontrarse con sus memorias de 16 años de sacerdocio en la cuna del Tango.
Allí, en otras épocas, y en Granada, buscó Villarejo las huellas de Lorca (García Lorca en Buenos Aires), como en Orihuela, las de Miguel Hernández. Aunque por su lúcida cabeza campan casi todos: Machado, santa Teresa, san Juan de la Cruz… Lo ha leído todo. Y de todos.
Es un hombre muy culto. De tierno corazón. Lo demuestra en Luz de labio con el beso dentro, que es «una historia de amor insatisfecha que se ha ido alimentado de caricias incompletas con horizonte de promesas», se dice en prólogo.
Don Pedro Villarejo sostiene que «los besos que no besan desde el amor, dejan en la piel más fina la salivilla del abandono, como queda en la mañana de los inviernos, sobre una flor, la escarcha fría».
Ante un centenar de amigos, la presentación de la obra corrió a cargo, magistralmente, de su amigo y filólogo Alejandro Simón Partal, que le hizo una entrevista sin tapujos y desgranó las profundidades de algunos poemas de esta nueva obra. También intervino la coral Magnum Misterium.
Y no faltó al acto, como siempre, otro de sus amigos, el alcalde de Estepona, el popular José María García Urbano.
Villarejo dedica su último libro a su hermana Beatriz, «siempre pendiente de todo», dice de ella. Desde la mirada del tiempo:
«Miro el sollozo del tiempo en la blanca dureza de la luna. Y sobre ella, fatigada, la luz tiembla inocente en el párpado del agua», reza uno de los poemas que componen esta nueva obra de don Pedro, que se suma, son solo varios ejemplos, a Dama al Viento: corazón y secreto; René en su laberinto; Puerta de Embarque o Ángeles en su ventana.