Hacer la compra se ha convertido en un reto para muchas familias españolas debido al constante aumento de los precios de los alimentos. Este fenómeno, según Antena 3 Noticias, tiene nombre propio: la barotoflación, que describe cómo los productos más baratos y esenciales son precisamente los que más se encarecen. Desde la pandemia, los alimentos básicos han aumentado su precio en un 34% de media, superando ampliamente la inflación general y golpeando especialmente a los hogares con menos recursos.
Entre los productos más afectados destaca el huevo, cuyo precio ha subido casi un 16% en lo que va de año. Sin embargo, las diferencias regionales son notables: en Melilla el incremento apenas alcanza el 4%, mientras que en Navarra el encarecimiento llega al 24,5%. Este contraste refleja la desigual evolución del coste de la cesta básica según la comunidad autónoma.
El segundo grupo más afectado es el del cacao, el café y las infusiones, con un alza media del 13,2%. También aquí se observan grandes variaciones: en Extremadura el aumento se sitúa en torno al 11,3%, mientras que en Castilla y León alcanza el 15%. Estos productos, habituales en el consumo diario, también han visto cómo su precio se dispara sin freno.
La carne de vacuno ocupa el tercer puesto en la lista de alimentos más encarecidos, con una subida del 10,7% a nivel nacional. En La Rioja, los consumidores pagan un 6,2% más que el año pasado, mientras que en Ceuta el incremento llega al 17,3%. En conjunto, los datos revelan que la inflación está afectando con especial intensidad a los productos que tradicionalmente eran más asequibles.
Otros alimentos esenciales también han experimentado aumentos históricos: el aceite de oliva ha subido un 80% desde la pandemia y la leche un 40%. Estas cifras muestran cómo la barotoflación ha erosionado el poder adquisitivo de los consumidores, convirtiendo la compra diaria en un esfuerzo cada vez mayor para los bolsillos más vulnerables.