España se sitúa como el segundo país de la Unión Europea con más agresiones físicas o sexuales contra personas intersex en los últimos cinco años, según el informe Being Intersex in the EU (2025) elaborado por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE (FRA). Este estudio revela una preocupante realidad sobre la violencia y la discriminación que sigue enfrentando este colectivo en el continente.
El informe se basa en los datos obtenidos de la Encuesta LGBTIQ III (2023), que recoge las experiencias de 1.920 personas intersex de 30 países, incluyendo los 27 miembros de la UE y tres países asociados: Albania, Macedonia del Norte y Serbia. Esta encuesta es una de las más completas a nivel europeo sobre la situación de las personas con variaciones en las características sexuales.
Según la FRA, las personas intersex nacen con características sexuales —anatómicas, hormonales o cromosómicas— que no se ajustan completamente a las definiciones tradicionales de hombre o mujer. El término intersexual engloba, por tanto, una diversidad natural dentro del espectro del sexo humano y busca visibilizar la existencia de identidades que no se encasillan en el binarismo masculino-femenino.
Los datos muestran que uno de cada tres encuestados intersexuales (32%) ha sufrido al menos una agresión física o sexual en los últimos cinco años. España, con un 42%, se encuentra solo por detrás de Austria (45%) y por delante de Irlanda (41%) en cuanto a la prevalencia de violencia. En contraste, países como Finlandia (28%) y Chequia (25%) registran los niveles más bajos de agresiones.
El informe advierte, no obstante, de que los porcentajes más bajos observados en algunos países —como Chipre, Lituania, Portugal, Eslovenia y Bélgica— deben interpretarse con cautela, ya que las muestras recogidas son más pequeñas y, por tanto, estadísticamente menos representativas. Esta limitación impide hacer comparaciones directas con naciones donde la participación fue más amplia.
Además, la encuesta revela un alto nivel de discriminación laboral hacia las personas intersex. Un tercio de los encuestados (32%) manifestó haber sido discriminado por su identidad LGBTIQ al buscar empleo o en su entorno de trabajo durante el último año. España destaca negativamente también en este aspecto, con un 51% de casos reportados, el porcentaje más alto de la UE, mientras que los Países Bajos presentan la cifra más baja, con un 21%.