Hoy: 22 de noviembre de 2024
El turismo es en España una locura de barcos y de bares, de trasiegos y músicas nocturnas, de abusos también en precios de cenas mal servidas por jóvenes que, en sus ratos libres, se dedican a hacer lo que no saben, entre confianzas que desbordan la más elemental educación.
Con unos amigos celebraba el encuentro de verano en una de esas terrazas donde los improvisados camareros te sirven como pueden después del milagro de una mesa libre. Se acercó y nos dijo: “A ver, ¿qué vais a tomar?..”
Las bondades del turismo en nuestro País vienen de lejos. Yo recuerdo haber leído hace muchos años la publicidad de una fonda en Madrid donde se expresaba con claridad: “Fonda La Familiar, única en la que se cambian las sábanas todos los meses”. Y la gente iba allí para instalarse con esa garantía. Después han venido mejoras, muchas mejoras, pero aún falta profesionalidad en los servicios de verano, que deben ser atendidos por personas que no vayan en zapatillas ni se dirijan al cliente de semejante manera.