Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha citado este viernes (09.45 horas) a dos hombres acusados de abusar sexualmente y en varias ocasiones de, al menos, dos menores tuteladas en la vivienda de uno de ellos, así como de proporcionar droga a otras diez chicas, informa EP. La Fiscalía pide en total 31 años de cárcel para ambos por distintos delitos, entre ellos corrupción de menores.
Según el escrito del fiscal, los hechos ocurrieron entre septiembre de 2021 y febrero de 2022 en una vivienda de Cala Major, donde residía uno de los individuos y al que acudieron, invitadas por él, varias chicas que se habían fugado de su casa o de centros.
Durante estos encuentros, el procesado daba alcohol a las menores, además de regalos y dinero en efectivo para obtener de ellas relaciones sexuales, “una vez que estas tenían mermadas sus capacidades por el consumo de alcohol y cocaína”. En particular, mantuvo relaciones con al menos dos de ellas, estando éstas prácticamente inconscientes en el momento de los hechos.
Una vez se llevó a cabo el registro de la vivienda, se encontraron dos básculas pequeñas para la preparación de las dosis, un envoltorio azul con cocaína, además de dinero en efectivo, un machete y 12 pastillas de un medicamento para tratar la disfunción eréctil.
El Ministerio Fiscal asegura además que las sustancias encontradas en el piso eran utilizadas por el acusado para dárselas a las chicas y que consumieran en sus casas o en los centros de menores. En concreto, proporcionó cocaína a, al menos, diez menores.
A dicho domicilio acudía también el segundo encausado, que residía en el mismo edificio, y que proporcionaba a las niñas marihuana para consumir en el propio piso o fuera.
En una ocasión, aprovechando que la menor se encontraba con sus facultades “prácticamente anuladas” según el fiscal, este segundo procesado mantuvo relaciones sexuales completas con la menor.
Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito continuado de abusos sexuales, de corrupción de menores y contra la salud pública, por lo que pide para el primer individuo 20 años de cárcel y la medida de libertad vigilada por un tiempo de cinco años, y para el segundo 11 años de prisión y otros cinco de libertad vigilada.
Además, el Ministerio Público solicita que los dos procesaros indemnicen a una de las víctimas en la cantidad de 6.000 euros por los daños morales.
El pasado marzo, la Policía Nacional detuvo a estas dos personas como presuntos autores de un delito de menores y contra la salud pública, en Palma.
La investigación se inició por una información que alertaba de que algunas menores podían haber mantenido relaciones sexuales con adultos a cambio de sustancias estupefacientes, señalando que algunas de ellas regresaban a sus domicilios bajo los efectos del consumo de drogas y haciendo alusión a una vivienda donde los adultos daban cobertura a las menores fugadas.
A esta información se sumó otra del GOR de la Policía Nacional que, en los dispositivos efectuados en zonas de ocio, tuvo conocimiento de una vivienda en la zona de Cala Major que podría estar dando cobijo a menores, algunas de ellas presuntamente fugadas y que podrían estar prostituyéndose bajo la protección del titular del domicilio.
El grupo UFAM de la Policía se hizo cargo de las gestiones y con toda la información recibida inició una investigación, logrando identificar a dos hombres que supuestamente ofrecían droga a menores de edad y que habrían mantenido relaciones sexuales con algunas de ellas.
Finalmente los dos varones fueron detenidos y se decretó prisión provisional para ambos.
Cabe recordar que el pasado octubre, el Tribunal Supremo confirmó la condena de ocho años y medio de cárcel a un hombre por pagar a menores y agasajarlas con regalos y droga a cambio de sexo.
Así, ratificó la condena impuesta en enero de 2021 por la Audiencia Provincial de Baleares por delitos de corrupción de menores. En este procedimiento se juzgó a otro varón, español de 65 años, que reconoció los hechos durante el juicio. En cambio, el segundo procesado, nigeriano de 40 años, se declaró inocente defendiendo que creía que las chicas eran mayores de edad.
La Audiencia consideró probado que concertaba citas con las menores, incluida una que tenía sólo 14 años, en hoteles de Palmanova y Magaluf para tener sexo con ellas.
Los agentes de la Guardia Civil examinaron móviles del acusado y constataron ofrecimientos de dinero –donde hasta se facilitaba un número de cuenta para hacer el ingreso– y diversas alusiones a que las chicas estaban recluidas en “el centro”, de las que se podría deducir que el acusado sabría que eran menores.
El procesado fue detenido en compañía de dos chicas, una menor de edad, en un hotel en Calvià, después de que la Guardia Civil fuera estrechando el cerco y vigilara a diario las bases de datos de hospedería para detectar si se alojaba en hoteles de Mallorca.
Durante el juicio, los interrogatorios a las menores fueron difíciles porque dieron respuestas escuetas y confusas que no coincidían con lo declarado en instrucción. De hecho, la Fiscalía tuvo que lanzar en varias ocasiones advertencias sobre las consecuencias de mentir en el juicio, señalando a las chicas que no debían “proteger a nadie”. La más joven de las menores se negó a comparecer y el juicio tuvo que suspenderse durante semanas.
Fue una educadora social del centro donde se encontraba interna quien aportó pistas sobre lo que había podido ocurrir. Según declaró, tras una fuga la víspera de su cumpleaños, la niña volvió al centro “llorando” y con muy mal aspecto, encerrándose en su habitación. “Decía que había pasado una cosa terrible y que no quería hablar”, explicó.
Al día siguiente, la menor pidió que le administraran la píldora del día después. No dio muchos detalles más allá de mencionar que había estado “con un chico”, pero por sus palabras la educadora interpretó que había ocurrido algo grave.
Además, la profesional incidió en que la menor no recibía una paga pero a pesar de ello “manejaba mucho dinero”, y que era consumidora de marihuana y cocaína.
Por otra parte, empleados de uno de los hoteles a los que acudía el hombre señalaron que el acusado daba altas propinas y por ello estaban todos “muy contentos” con él, que era “muy buen cliente”. Uno de ellos admitió que esto propició que nadie intentase averiguar si estaba ocurriendo algo “raro”, a pesar de que el hombre iba habitualmente al hotel con chicas muy jóvenes.
Una camarera de pisos sí dio aviso a la Guardia Civil cuando vio a dos chicas salir de la habitación del acusado –que siempre reservaba una suite de lujo–. Las jóvenes le parecieron “crías” y según su versión se notaba “claramente” que eran menores.