Otro audio del exjefe de la UCO: “Ni Enrique [El Gordo] ni Pepe Villarejo salen [en la investigación]”; sí salió [el comisario] Carlos Salamanca”

Otro audio entre el exjefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de La Guardia Civil, Manuel Sánchez Corbí (uno de los impulsores de la «denuncia anónima» ante la Fiscalía Anticorrupción que sirvió para encarcelar al comisario en noviembre de 2017) acredita, en contra de lo que manifestó Corbí como testigo en el juicio que celebra contra el excomisario en la Audiencia Nacional, la cordial y amistosa relación que existía entre ambos.

Hasta el punto de que, en este nuevo audio que hoy desvela en exclusiva FUENTES INFORMADAS, es Corbí quien telefonea a Villarejo para agradecerle el interés y apoyo clínico que este había prestado a una hija suya, entonces gravemente enferma.

En el juicio, Corbí, en calidad de testigo, reconoció que había mantenido dos conversaciones con Villarejo, en los bajos de la torre Picasso de Madrid, donde el comisario tenía las oficinas de su empresa, Cenyt, pero subrayó que su relación con él era casi nula y tangencial, y que, además, ignoraba que Villarejo tuviese una empresa en ese mismo edificio que compatibilizaba con sus tareas de comisario de inteligencia.

Lucha antiterrorista

En un momento de la conversación, que tiene lugar el 11 de mayo de 2016, el exjefe de la UCO le cuenta a Villarejo que esa misma mañana le había telefoneado a él “su amigo” el comisario Enrique García Castaño, apodado El Gordo (quien, hasta que hace unas semanas en que sufrió un accidente cerebral, estaba siendo juzgado junto a Villarejo en el primer juicios que se celebra por la causa Tándem en la Audiencia Nacional).

Corbí indica que Enrique es su amigo desde hace muchos años por haber coincidido ambos en tareas de lucha antiterrorista en Francia y que su nombre no estaba entre los que se investigaban en relación con supuestos delitos que afectaban a varios comisarios de la policía. Ni tampoco “el de Pepe Villarejo”, le dijo a Enrique y más tarde al propio Villarejo.

“Le he dicho a Enrique” que ni él ni “Pepe Villarejo”, señaló, “habían salido en las pesquisas. Corbí, eso sí, le matiza a Villarejo que quién sí había salido en la investigación era Carlos Salamanca, excomisario del aeropuerto de Barajas.

Este último audio, de seis minutos de duración (aunque aquí solo se reproduce un extracto del mismo y se obvian los comentarios que ambos hacen sobre la delicada salud de la hija de Corbí); y el otro audio, de 45 minutos y del que ya dio cuenta este periódico el pasado 14 de junio, y que se puede escuchar en la parte superior de esta información, revelan que la relación de Villarejo con Corbí iba mucho más allá de lo manifestado por él en el juicio (basta escuchar los dos audios).

Corbí declaró al tribunal que apenas conocía “de oídas” a Villarejo y que ignoraba que este compatibilizase sus tareas como agente de inteligencia con su empresa privada, cuya infraestructura utilizó en diferente ocasiones Villarejo, según su propio testimonio, para realizar servicios relacionados con la seguridad nacional. Villarejo siempre ha mantenido, y algunos de sus jefes policiales, como el exDAO Eugenio Pino, lo han corroborado, que él se reincorporó a la policía, tras diez años de excedencia, a petición del Gobierno de Felipe González, en época del ministro José Luis Corcuera.

Y que puso como condición seguir con sus actividades privadas y, de camino, utilizar su infraestructura para asuntos relacionados con la seguridad nacional. De hecho, ha efectuado trabajos en las últimas décadas para diez ministros del Interior tanto del PP como del PSOE.

Fue Corbí, tiempo después de estas dos conversaciones, el que alentó ante la Fiscalía Anticorrupción la extraña “denuncia anónima” -a través de un confidente que supuestamente actuaba en connivencia con el exjefe del CNI Félix Sanz Roldán, enemigo acérrimo del comisario- que determinó la detención y posterior encarcelamiento de Villarejo en 2017.

Más de 30 causas contra Villarejo

Merced a esa denuncia anónima sobre un delito fiscal en Guinea, Anticorrupción empezó a investigar de arriba abajo la vida del comisario y de ahí se han extraído más de 30 causas contra él. Casi todas bajo el denominador común de que Villarejo, que en este primer juicio se enfrenta a casi 100 años de cárcel, utilizó su cargo de funcionario policial para obtener un lucro personal a través de sus empresas.

El enfrentamiento entre Sanz Roldán, del CNI, y Villarejo se agravó todavía más cuando la agencia de espías se enteró de que el comisario había estado varias veces en Londres, que se había reunido con la examante del Rey emérito, Corinna Larssen, y que Villarejo tenía grabaciones de ella contando la presunta corrupción del rey Juan Carlos en el cobro de comisiones, entre ellas, la de las obra del AVE a la Meca, más de 100 millones de euros. De hecho, este miércoles FUENTES INFORMADAS ha desvelado un audio íntegro y exclusivo en el que la examante del emérito asegura que el máximo accionista de OHL, Juan Miguel Villar Mir, se llevó «la mitad de los 100 millones» de dólares una de las comisiones del AVE a la Meca.

Los audios de Corbí acreditan, pues, que este no solo conocía de “oídas” a Villarejo, como sostuvo ante el tribunal, sino que la relación entre ambos era muy fluida y amistosa. Aunque fueron decomisados en un registro hecho en casa de Villarejo por Anticorrupción el día en que fue detenido, estos audios no figuran en la parte del sumario que sí contiene otros audios de los intervenidos en casa de Villarejo.

Fuentes cercanas a la defensa del comisario sostienen que esos audios, que desmienten a Corbí, uno de los testigos clave del juicio, deberían estar en el sumario y entregados a las partes como medio de “defensa” frente a “las mentiras que se están diciendo en la vista por parte de algunos testigos”.

La  confesión de Corbí ante Villarejo revela que entre ellos había confianza y que, además, eran conocedores de las tramas que, según Corbí (lo dice en el segundo audio), monta a veces el CNI con propósitos espurios. «Si el CNI no monta tramas, no tiene razón de ser», se explaya el exjefe de la UCO hasta hace casi cuatro años. Hoy ya no está en la Guardia Civil y trabaja para una compañía privada.

Corbí fue destituido en 2018 como jefe de la UCO por el actual ministro de Interior, Fernando Grande Marlaka, por «pérdida de confianza».

Al igual que estos audios dejan en entredicho las palabras de Corbí, el pasado 16 de agosto FUENTES INFORMADAS publicó otros audios que asimismo cuestionan el testimonio de otro de los testigos clave del juicio contra Villarejo. Se trata del que fuera director adjunto operativo de la policía, DAO, durante la etapa del PSOE de Felipe González, Agustín Linares Molina.

Pese a que ambos son cordobeses y se conocen desde hace 40 años, Linares declaró que su relación con Villarejo era “escasa” y que, igualmente, ignoraba que el comisario tuviese una empresa, Cenyt, que compatibilizaba con su labor de agente de Inteligencia en el seno de la policía. Sin embargo, y entre otros detalles que sí figuran en los audios publicados el pasado 16 de agosto en este periódico, su hija trabajó en Cenyt, la empresa de Villarejo, y que, por tanto, además era conocedor de trabajos que Villarejo hizo para la policía desde su esfera semiprivada desde las mismas oficinas en que trabajaba su hija.