Malos pensamientos

26 de julio de 2024
1 minuto de lectura
Malos pensamientos. | Flickr

Por más que busco bondades en los altillos del pensamiento sólo aparecen cascadas de miseria, horizontes oscuros y, como en el Apocalipsis, una muchedumbre cansada viene de soportar la gran tribulación.

Ahora me explico por qué los curas de antes insistían en si habíamos dado cobijo a los malos pensamientos. No por su maldad intrínseca, sino por el daño y desorden que produce el retenerlos. Nunca tuve tanta aflicción como en este tiempo de perversiones en madeja: enlazadas serpientes en el árbol del Paraíso aguardando el exterminio de nuestros jardines. Y todo, como si no pasara nada: a rebaño acostumbrado, pienso podrido.

A fuerza de copar las Instituciones se va desmadejando por dentro el edificio de la democrática convivencia, hasta que no quede más que una fachada, agusanada también, frente al palacio que han construido enfrente los lobos con piel de cordero.

Lo último es que, a la fuerza, quieren echar a los benedictinos del Valle de Cuelgamuros. El dueño legítimo del lugar es la Santa Sede, pero ya buscará el Presidente del Gobierno un solideo preciso que se ajuste a sus medidas… ¡Mayores cosas veréis!

pedrouve

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