Hoy: 22 de noviembre de 2024
El Gobierno de Líbano ha informado de que el número de desplazados por los ataques de Israel desde octubre de 2023 ha alcanzado cerca de medio millón, de los cuales unos 400.000 han huido desde el lunes, cuando el Ejército israelí lanzó una serie de bombardeos masivos. Estos ataques han dejado más de 550 muertos y 1.800 heridos hasta la fecha.
El ministro de Exteriores libanés, Abdalá bu Habib, ha subrayado que la situación es insostenible, señalando que “nadie esperaba que la guerra tomara esta dimensión” y que los libaneses ya han sufrido suficiente. Durante una intervención en un acto del think tank Carnegie Endowment for International Peace, el ministro destacó que Estados Unidos tiene un papel crucial en contener el conflicto, calificando a Washington como “la clave para la salvación”.
Bu Habib ha criticado al Gobierno israelí, liderado por Benjamin Netanyahu, acusándolo de depender de la guerra para su supervivencia política, y mencionó que la falta de avances hacia un alto el fuego en Gaza ha llevado a que Israel enfoque su atención en Líbano. Aunque Hezbolá es el principal objetivo de los ataques, Bu Habib lamentó el daño que estos bombardeos están causando a todo el país, incluyendo a los libaneses que no están directamente involucrados en el conflicto.
El ministro insistió en que la destrucción que está ocurriendo carece de justificación y afirmó que el conflicto podría resolverse a través de negociaciones, particularmente sobre la pequeña área de Líbano que aún está ocupada por Israel. Este territorio ocupado, según Bu Habib, legitima en parte la resistencia de Hezbolá, que se ha negado a desarmarse tras la guerra de 2006 debido a la presencia israelí en suelo libanés.
A pesar de la influencia de Hezbolá en la política libanesa, Bu Habib insistió en que su control sobre el país ha sido exagerado. Destacó que aunque tienen influencia, no es absoluta, y que su presencia política es parte del sistema democrático del país, donde se ven obligados a negociar compromisos con otras fuerzas.
El ministro también reflexionó sobre la guerra actual y la de 2006, señalando que en ambos casos, los israelíes no evacuaron sus localidades en el norte del país, aunque en 2006 Hezbolá solo contaba con armamento de corto alcance.
En cuanto a la actual escalada, Hezbolá comenzó sus ataques contra Israel un día después de los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejaron más de 1.200 muertos y 250 secuestrados en Israel.
Bu Habib afirmó que el conflicto entre Israel y Líbano difiere del conflicto entre israelíes y palestinos, ya que los libaneses no reclaman la misma tierra, sino que exigen la retirada israelí de una pequeña zona aún ocupada. En este contexto, ha criticado los recientes bombardeos que, aunque dirigidos principalmente contra Hezbolá, han causado víctimas civiles y afectado la infraestructura del país.
La situación es cada vez más peligrosa debido a la participación de milicias proiraníes y otros actores en la región, aunque Bu Habib no cree que Irán quiera implicarse directamente en la guerra. Ha recordado que Irán, antes del fallecimiento de su exministro de Exteriores, Hosein Amirabdolahian, en mayo de 2023, abogaba por un alto el fuego inmediato.
Por último, el ministro reconoció que el Gobierno libanés tiene pocas herramientas para hacer frente a la situación actual, pero reiteró su disposición a desplegar fuerzas militares en la frontera con Israel como parte de un acuerdo, similar al pacto sobre la frontera marítima alcanzado en 2022. El creciente enfrentamiento entre Israel y Hezbolá ha aumentado el temor de una expansión del conflicto en Oriente Próximo, con Israel presentando a Estados Unidos sus “planes operativos” respecto a Líbano.