Hoy: 23 de diciembre de 2024
En un reciente estudio llevado a cabo por Johns Hopkins Medicine en Estados Unidos, se ha identificado una preocupante relación entre la tirotoxicosis, el exceso de hormonas tiroideas, y el incremento del riesgo de trastornos cognitivos en adultos mayores.
La investigación abordó tanto la tirotoxicosis exógena, originada por la ingesta de medicamentos tiroideos, como la tirotoxicosis endógena, relacionada con trastornos tiroideos como el hipertiroidismo y la enfermedad de Graves. Ambas fueron asociadas con una mayor probabilidad de desarrollar trastornos cognitivos, según los hallazgos publicados en ‘JAMA Internal Medicine’.
Roy Adams, primer autor del estudio y profesor adjunto de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, destacó que, aunque estudios anteriores sugerían esta asociación, los resultados eran mixtos, y la tirotoxicosis exógena había sido mayormente excluida de esas investigaciones.
La hormona tiroidea es una de las prescripciones más comunes en Estados Unidos, según datos de GoodRx. Un estudio previo de Johns Hopkins Medicine había revelado que hasta el 20 por ciento de las personas con prescripciones de hormona tiroidea podrían estar siendo sobretratadas, lo que aumentaría aún más el riesgo de tirotoxicosis exógena.
El objetivo del estudio era evaluar si las prácticas de tratamiento agresivas, que pueden provocar tirotoxicosis exógena, también conllevaban daños cognitivos. Según Adams, comprender los efectos negativos del tratamiento excesivo es crucial para guiar a los médicos en la prescripción adecuada de la terapia con hormonas tiroideas.
El equipo de investigación seleccionó a 65,931 participantes de 65 años o más a partir de las historias clínicas electrónicas de Johns Hopkins Medicine. Los resultados indicaron que la tirotoxicosis, ya sea endógena o exógena, se asociaba con un aumento del 39 por ciento en el riesgo de diagnóstico de trastorno cognitivo en todos los grupos de edad. Además, el riesgo persistía en análisis que consideraban posibles fuentes de sesgo.
El estudio también destacó que, entre las personas a las que se les recetó hormona tiroidea, el nivel de exposición se correlacionaba con el riesgo de trastorno cognitivo. Aquellos con un exceso más severo de hormona tiroidea tenían un 65 por ciento más de riesgo, mientras que los de exceso moderado presentaban un 23 por ciento más de riesgo.
Jennifer Mammen, autora principal del estudio y profesora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, enfatizó que los profesionales de la salud que consideran la terapia de hormona tiroidea en adultos mayores deben evitar el sobretratamiento, utilizando estrategias de tratamiento adecuadas para la edad de los pacientes.