Hoy: 23 de noviembre de 2024
En una operación conjunta entre la Policía Nacional y el FBI estadounidense, se ha detenido en Palma de Mallorca a un ciberestafador de 22 años de nacionalidad británica. El joven, líder de un grupo organizado, es responsable del robo de información de empresas y criptomonedas, logrando hacerse con 391 bitcoins valorados en más de 27 millones de dólares.
Asimismo, el modus operandi incluía el uso de técnicas de phishing para obtener credenciales de acceso a empresas, que luego utilizaba para apoderarse de información sensible y carteras de criptomonedas.
El arresto se produjo en el aeropuerto de Palma, cuando el investigado intentaba abandonar España en un vuelo chárter con destino a Nápoles. La investigación comenzó a finales de mayo, cuando la Oficina del FBI en Los Ángeles solicitó información sobre el sospechoso, quien presuntamente había perpetrado ataques informáticos contra numerosas empresas en Estados Unidos. Las autoridades comprobaron que había ingresado en España a través del aeropuerto de El Prat en Barcelona.
Mientras se realizaban las gestiones policiales, el FBI emitió una Orden Internacional de Detención contra el investigado, lo que intensificó la búsqueda. Finalmente, se confirmó su localización en Palma de Mallorca.
El 31 de mayo, un dispositivo policial permitió su arresto en el aeropuerto de Palma, donde se disponía a abordar un vuelo hacia Nápoles. En el momento de la detención, llevaba consigo un ordenador portátil y un teléfono móvil, que fueron intervenidos. La autoridad judicial ha decretado su ingreso en prisión provisional.
La colaboración entre la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional y la Jefatura Superior de Baleares fue crucial para el éxito de la operación. Desde el inicio de la investigación, las autoridades españolas trabajaron en estrecha coordinación con el FBI.
Asimismo, compartieron información y recursos que permitieron trazar los movimientos del sospechoso y establecer su conexión con los ataques informáticos. La cooperación internacional resultó fundamental para cerrar el cerco alrededor del ciberestafador y asegurar su captura antes de que pudiera abandonar el país.
El arresto de este individuo pone de manifiesto la creciente amenaza que representan los delitos cibernéticos a nivel global y la importancia de la colaboración entre diferentes cuerpos de seguridad y agencias internacionales.
El detenido, ahora en prisión provisional, enfrenta múltiples cargos por sus actividades delictivas, y su captura envía un mensaje claro sobre la determinación de las autoridades para combatir el cibercrimen. Las investigaciones continúan para identificar y detener a otros miembros del grupo organizado y recuperar los fondos robados.