Hoy: 22 de noviembre de 2024
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este viernes los datos mensuales de la inflación, que ponen de relieve un panorama desalentador. La tasa inflacionaria se sitúa a fecha de hoy en un 10,8%, viéndose aumentada un 0,6% desde el mes anterior. Se trata de la cifra más alta desde septiembre de 1984, cuando los precios se dispararon durante los primeros gobiernos socialistas de Felipe González.
El INE atribuye este incremento a “la subida de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad y al comportamiento del vestido y del calzado”. A este respecto, también se ha visto afectada la inflación subyacente -la que se calcula dejando al margen alimentos no elaborados y productos energéticos-, que ha crecido un alarmante 6,1%.
Este anuncio se produce en un contexto crítico, no solo para España sino también para el viejo continente. El pasado 22 de julio, el Banco Central Europeo (BCE) de Christine de Lagarde subió los tipos de interés un 0,5% para tratar de contener la inflación. El pasado miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) imitó el ejemplo de la Unión y elevó los tipos de interés americanos en 75 puntos.
Cabe recordar que los tipos de interés constituyen el principal activo de los bancos para influir sobre la economía comunitaria. Consisten en una tasa que se cobra a los bancos convencionales de cada país cuando se produce una concesión de préstamos o se deposita dinero en las respectivas cuentas. Esta tasa termina provocando que, a largo plazo, recibir un préstamo acabe saliendo más caro de lo habitual, lo que desincentiva la inversión y podría llegar a desacelerar la economía.
De esta manera, el consumo tiende a caer, las familias se vuelven cada vez más pobres y la calidad de vida podría reducirse sustancialmente. El Gobierno atiende con especial preocupación la evolución del sector turístico, pues, dadas las circunstancias, España acogería a muchos menos turistas al no contar con unas condiciones económicas favorables.
El pasado martes, la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño auguraba un futuro próximo de “incertidumbre” si el país no era capaz de reponerse ante la inminente crisis inflacionaria. Otra de las cuestiones que se han de tomar en consideración es el gas. La política de ahorro impulsada desde la Comisión Europea podría golpear a Estados particularmente dependientes de la energía rusa, como Alemania. Los efectos adversos del plan de contingencia podrían extenderse por el resto de la eurozona si el índice de inflación continúa trazando una recta ascendente.