Hoy: 22 de noviembre de 2024
Desde el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, Finlandia y Suecia decidieron abandonar su neutralidad militar y solicitar la entrada en la OTAN. Sin embargo, para poder entrar en la alianza militar es necesario la aprobación unánime de los 30 miembros actuales y, por ahora, Hungría y Turquía son los únicos dos miembros cuyos requerimientos no cumplen los dos países nórdicos.
Según el ministro de Asuntos Externos turco, Mevlüt Cavusoglu, “Suecia no ha cumplido ni la mitad de los compromisos que ha hecho a Turquía”, especialmente teniendo en cuenta la decisión de las cortes suecas de no extraditar a un hombre buscado en Turquía por su supuesta implicación en el fallido ‘golpe de estado’ en 2016. Esta acción ha “envenenado la atmósfera positiva que había alrededor de las negociaciones de la entrada de Suecia en la OTAN”, finalizó el ministro.
El acuerdo con Turquía fue firmado en junio por Finlandia y Suecia, comprometiéndose a cumplir las demandas de Turquía en materia de seguridad, especialmente las que tengan que ver con la extradición de militantes kurdos y otras personas implicadas en presuntos crímenes terroristas. Sin embargo, Cavusoglu indica que “aún están al principio” y que la mayoría de medidas que recoge el documento aún “necesitan implementarse”.
El ‘incumplimiento’ de este acuerdo se ve reflejado en la última decisión de las cortes suecas que han denegado la extradición del periodista Bulent Kenes (Suecia le acordó asilo político) a quién Turquía ha acusado de ser uno de los ‘cabecillas’ implicados en el ‘golpe de estado’ de 2016. Incidente que “ha dañado la atmósfera” según indica el ministro turco, aunque “las negociaciones entre Turquía y Suecia continuan de forma constructiva”.
Asimismo, el ministro de Asuntos Externos sueco Tobias Billström ha reiterado que Estocolmo está determinado en cumplir las demandas de Turquía, fortaleciendo la legislatura antiterrorista. Indica además que “Suecia cumple sus promesas” y que han tomado pasos para “el cumplimiento de cada párrafo del acuerdo”.
A pesar de este contratiempo y la ausencia de una fecha fija para la aprobación por parte de Turquia, Billström afirma que “estamos yendo hacía la dirección correcta”.