Hoy: 27 de noviembre de 2024
Aún no se sabe qué familiar de la cabra violada ha interpuesto una denuncia para que encarcelen al atrevido. San Agustín nos enseñó que ”la necesidad no tiene ley”, seguramente por eso, desde las frías soledades, este buen hombre se dijo a sí mismo: “A falta de pan, buenas son tortas”. Y procedió.
Primero tuvo que sopesar las preferencias del animal para seducirlo debidamente. Quizá con almendras tostadas o un sorbete de limón, ante posibles flatulencias. Y luego esperar a que la cabra le mirara con esos ojos libidinosos de mirar que distinguen a las cabras comunes de las montesas: estas últimas sólo se relacionan con pretendientes de altura.
Antes, el impaciente que nos ocupa, iría al ayuntamiento o a la biblioteca para cumplir con las nuevas leyes de la sexualidad animal. Y, si en estos casos, se permiten o no preservativos.
…Esto del amor se está poniendo muy difícil.
Ardo en deseos de saber quién fue el juez que admitió a trámite la denuncia de la cabra violada sin poner dificultades. Nuestros jueces ya saben que los maridos de las cabras tienen muy malas pulgas.
Me recuerda al notario, recién llegado al pueblo que por falta de tutela previa, se enamoró de la cabra consorte del alcalde. Caso verídico.