Hoy: 22 de noviembre de 2024
La última visita del rey emérito a España desencadenó un sinfín de reacciones mediáticas, pero sin duda se ha impuesto una ley del silencio tras su estancia en Sanxenxo el pasado 24 de mayo con motivo de la regata que compartió con su amigo y presidente del Real Club Náutico de la localidad, Pedro Campos. Con anterioridad, era habitual que mostrara su descontento a la Casa Real por el ‘destierro’ impuesto a Emiratos Árabes Unidos a cuenta de las múltiples informaciones que se difundieron sobre sus presuntas corruptelas, incluidos los audios entre su examante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, y el comisario José Manuel Villarejo las que publicó FUENTES INFORMADAS durante el mes de agosto.
El antiguo jefe de Estado volvió a Abu Dhabi el pasado 24 de mayo, el lugar donde ha fijado su residencia permanente tras el exilio. Sin embargo, tenía la intención de regresar un mes después a España con el objetivo de acudir a otra regata. Finalmente, don Juan Carlos no acudió y desde ese momento no ha habido informaciones que aludan a su posible vuelta.
De este modo, no se tiene constancia de que se esté gestando una visita por Navidad, una fecha señalada que al emérito le gusta disfrutar en España. En 2020 trasladó su firme deseo de pasar las fiestas con la familia.
Según ha informado Europa Press, la Casa del Rey no han querido en ningún momento detallar nada acerca de lo discutido entre Felipe VI y su progenitor en el encuentro privado que mantuvieron en Zarzuela. Aunque, por lo que desprende de su silencio parece que el mensaje que le hizo llegar el actual monarca ha calado hondo en su padre.
En ese momento, Zarzuela informó que ambos habían hablado “cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española” desde que el emérito se trasladó al país del Golfo, en aparente referencia al malestar en torno a las actividades del antiguo monarca que fueron objeto de investigación judicial. No hubo reproche penal por parte del Tribunal Supremo sobre estas actuaciones al margen de la ley porque habían prescrito, o bien, estaba sujeto a la inviolabilidad. Sin embargo, esos comportamientos se encontraban al margen de la moral y la imagen que debe dar una institución que se financia con cargo a fondos públicos.
En su comunicado después de once horas de visita, la Casa del Rey dejó traslucir el malestar por la manera en que había transcurrido la primera visita de Ddn Juan Carlos a España, al que desde que aterrizó en Vigo y durante toda su estancia en Sanxenxo antes de viajar a Madrid le siguió una multitud de medios y cuyos movimientos fueron objeto de gran interés también entre los ciudadanos.
Así, le recordaron que en su carta a Felipe VI de marzo, en la que le trasladó su voluntad de poder viajar puntualmente a España, le había informado de su decisión “de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado” cuando regresara con vistas a poder seguir disfrutando “de la mayor privacidad posible”, repitiendo palabra por palabra el contenido de la misiva.
Desde entonces, el que fuera rey durante casi cuatro décadas ha exhibido un perfil mucho más bajo del que tuvo en la primera etapa de su exilio en Emiratos, donde tiene como anfitrión al ahora presidente del país, Mohamed bin Zayed. El propio Juan Carlos I no se ha dejado ver en público, salvo en una única ocasión.
Esta no fue otra que el funeral de la reina Isabel II. Don Juan Carlos fue invitado por la Casa Real británica en su calidad de antiguo jefe de Estado y no declinó la invitación, dado que mantenían una consanguinidad lejana. Él y la fallecida eran tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra, como también lo es Doña Sofía y lo era el Duque de Edimburgo.
El emérito se trasladó a Londres por sus propios medios mientras que Felipe VI y la Reina Letizia, al igual que la Reina Sofía, viajaron en un avión oficial. Una vez allí, padre e hijo volvieron a coincidir, aunque sin presencia de la prensa, durante la recepción que ofreció Carlos III en el Palacio de Buckingham la tarde previa al funeral, el 18 de septiembre. En dicho acto también estuvieron Doña Letizia y Doña Sofía.
La gran sorpresa fue que los Reyes fueran sentados junto a los eméritos en el funeral que se celebró al día siguiente en la Abadía de Westminster, después de que se inicialmente tuvieran en mente que ambos estarían separados puesto que don Felipe era un jefe de Estado.
Sin embargo, la Casa Real británica hizo imperar la razón de la consanguinidad y ubicó a ambos matrimonios juntos, con doña Letizia sentada entre el Rey y su padre. No obstante, ambas parejas llegaron y se marcharon de la iglesia por separado y en las imágenes de la ceremonia no se vio que intercambiaran impresiones, como sí hizo Don Juan Carlos con Doña Sofía.
Además, el asunto coincidió con que precisamente en Londres -en el Tribunal de Inglaterra y Gales- se estaba juzgando por lo civil la causa a instancia de Corinna Larsen contra el emérito por presuntos actos de acoso, difamación y seguimiento ilegal de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Sobre este último posible delito FUENTES INFORMADAS desveló una reunión a la que acudieron el comisario Villarejo; la actual directora del CNI y entonces ‘número dos’ de la agencia, Esperanza Casteleiro; así como varios subordinados. En ella se explicitaba que no había que “calentar” a Corinna con el fin de que no desvelase todo aquello que sabía sobre don Juan Carlos.
Pero pese a los esfuerzos del emérito por mantener el foco alejado de su persona, con toda probabilidad para rebajar la tensión y propiciar en algún momento su vuelta a España -aunque sea de forma puntual-, su nombre ha vuelto a la palestra en las últimas semanas con motivo de un podcast, ‘Corinna y el Rey’ en el que la que fuera su pareja cuenta intimidades y distintos momentos de su vida.
El proyecto, que está compuesto por ocho capítulos de los que ya se han publicado cuatro y cuyos productores han asegurado no tener nada que ver con la aristócrata, generó cierta polémica ya que salió a la luz en vísperas de una nueva audiencia en el tribunal de Londres por la demanda civil por acoso y difamación que Corinna presentó contra Don Juan Carlos.
En dicha vista, celebrada el 8 de noviembre, los abogados del emérito presentaron los argumentos por los que consideran que debe revocarse la decisión inicial del juez Mathew Nicklin de no reconocer inmunidad ninguna a Juan Carlos I por el presunto acoso denunciado por Corinna, poniendo el foco precisamente en que, si según ella el CNI participó en los hechos por orden del entonces monarca, serían “actos soberanos” e inmunes.
Los abogados de don Juan Carlos han apelado la decisión adoptada el 24 de marzo por el juez Nicklin, el cual determinó que este no puede alegar ninguna inmunidad para evitar las reclamaciones civiles de Larsen. No obstante, solo pueden recurrir los hechos transcurridos entre 2012 y 2014, antes de la abdicación. Por el momento no hay fecha para que se conozca la decisión sobre el recurso.
En el podcast, Corinna ha contado cómo conoció a Don Juan Carlos y el proceso de cortejo del monarca hasta que iniciaron una relación sentimental, así como sus estancias en el antiguo pabellón de caza de El Pardo, que ella bautizó como ‘La Casita’ y el anillo de compromiso que este le regaló.
También ha desvelado que el emérito mantuvo relaciones con otras mujeres mientras estaba con ella así como su tenso primer encuentro con Doña Sofía y algunos de los momentos más duros de la vida de Don Juan Carlos. La princesa alemana ha arrojado luz sobre el episodio, referido a la muerte supuestamente accidental de su hermano Alfonso de un disparo y que fue él quien apretó el gatillo.
Asimismo, la empresaria ha divulgado que el emérito volvía de sus viajes “con bolsas llenas de efectivo” que le habían entregado “amigos” y también ha narrado cómo se produjo el accidente en la cazería en Botsuana en 2012 que marcó un antes y un después en la vida del entonces monarca.
Según su versión, don Juan Carlos había estado bebiendo con amigos antes de que se produjera la caída que le fracturó la cadera. Cuando se decidió su evacuación en el avión privado de Corinna, no había un ‘plan B’ por si se complicaba el estado del monarca, que se creía que podía tener una hemorragia interna.
Pese a estas revelaciones de la que fuera su pareja, el rey emérito ha guardado silencio y no ha salido a desmentirla o a matizar lo que ésta ha contado.
La aparición del podcast llevó a Unidas Podemos junto con los independentistas de ERC, Bildu, Junts, el PDeCAT y la CUP, así como otros socios de investidura como Más País, Compromís y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), a solicitar nuevamente la apertura de una comisión de investigación contra Don Juan Carlos que no prosperó este lunes gracias al voto en contra de PSOE, PP y Vox.