Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a un hombre a 16 años y medio de prisión por delito continuado de agresión sexual, y delitos de determinación al ejercicio de la prostitución, en grado de tentativa, y robo con violencia cometidos contra una inmigrante a la que había engañado con la promesa de que iba a trabajar cuidando a un anciano.
La Sala ha impuesto además tres años de cárcel a otra procesada, que también intentó que la víctima se prostituyera y le robó sus pertenencias, y penas de entre seis y siete años para dos acusados por un delito contra la salud pública, al declarar probado que traficaban con drogas en el piso donde ocurrieron los hechos y suministraban estupefacientes a una menor.
La sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, establece una indemnización de 10.000 euros a favor de la perjudicada por los daños morales y las secuelas sufridas.
Los hechos sucedieron el 19 de noviembre de 2019, cuando el principal condenado contactó con una inmigrante que se hallaba en situación irregular en España y que había puesto un anuncio en una red social para cuidar a personas mayores.
El hombre le ofreció empleo como cuidadora de un anciano y concentró con ella un encuentro en la ciudad de Alicante con la finalidad de llevarla a la vivienda donde debía desempeñar el trabajo. Sin embargo, una vez en el piso, el acusado le reveló que no existía ninguna persona para cuidar y que debía ejercer la prostitución si quería ganar dinero.
Ella se negó, pero el hombre le comunicó que esa noche tendría que pernoctar en la vivienda, la dejó encerrada en un cuarto y la obligó a mantener relaciones sexuales con él en diversas ocasiones.
Al día siguiente, la agredida cogió su maleta e intentó huir del piso, pero la otra mujer también condenada en este procedimiento se lo impidió. Más tarde, el agresor sexual le dijo que podía irse, pero le advirtió de que tenía que dejar en la casa la maleta, el teléfono y todo el dinero que llevaba.
La agredida consiguió finalmente salir a la calle y pidió ayuda a unos transeúntes, que avisaron a su vez a la Policía. A consecuencia de estos hechos, la perjudicada sufrió un cuadro de estrés postraumático agudo con síntomas ansiosos-depresivos.
En la operación policial desarrollada en la vivienda donde ocurrieron los hechos fueron detenidos además de los dos primeros condenados otros dos sospechosos que se encargaban de suministrar drogas a los demás inquilinos, entre ellos una menor, y a sus usuarios.