Hoy: 22 de noviembre de 2024
Una fiesta de Halloween para menores que se celebraba en la sala Music, una discoteca en el polígono Carretera Amarilla de Sevilla, terminó clausurada por el Ayuntamiento y con 13 adolescentes asistidos por los servicios sanitarios, según ha informado el Diario de Sevilla. Dos de ellos tuvieron que ser trasladados al hospital. La Policía Local hispalense ha abierto diligencias contra el responsable del evento, un hombre de 42 años, al que se le ha tomado declaración como investigado no detenido.
Según informó este domingo el Ayuntamiento de Sevilla, desde hace varias semanas la Policía Local viene rastreando las redes sociales para localizar convocatorias de fiestas de Halloween que se celebran durante este fin de semana. Una de las numerosas convocatorias detectadas en redes sociales anunciaba un concierto en una fiesta, dirigida a menores de 14 a 17 años de edad, en la sala Music.
Sobre las ocho y media de la tarde de este sábado se recibieron llamadas al 092 denunciando la saturación de personas en el interior de este local. A su llegada al lugar, los agentes comprobaron cómo una chica de 14 años estaba siendo atendida por una ambulancia, siendo trasladada posteriormente a un hospital, por una crisis de ansiedad, mareos, pérdida de verticalidad y extremidades adormecidas. A la vista de la situación y la existencia de más casos, los policías solicitaron más ambulancias.
Mientras algunos de los agentes atendían a los menores que requerían asistencia, otros se dirigieron al establecimiento y comprobaron cómo las salidas de emergencias estaban bloqueadas. Algunas puertas estaban cerradas y existían vallas metálicas que impedían la salida de las personas.
Al mismo tiempo, una de las personas del dispositivo de seguridad privada denunció a los agentes las condiciones infrahumanas para los asistentes a la fiesta que los responsables del evento habían provocado al haberse agotado las botellas de agua, no disponer de sistema de aire acondicionado y cortar el agua de los aseos.
Ante esta situación, los agentes retiraron las vallas y liberaron las salidas de emergencias, permitiendo la salida de los asistentes al exterior. Tras esto, accedieron al interior y encontraron completamente saturadas las diferentes estancias. Encontraron a jóvenes caídos en el suelo que estaban siendo atendidos por otros menores. Todos presentaban la piel enrojecida, estaban fatigados, tenían un exceso de sudoración y mareos, y se quejaban a los agentes de la falta de agua para su hidratación.
Los policías comprobaron la sensación de ausencia de aire y calor que estaban soportando los asistentes producía náuseas y agotamiento. “Como en el interior de una sauna”, reconocieron los agentes, que pudieron verificar cómo en los aseos tampoco salía agua en los grifos.
Trece menores de edad, de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, fueron asistidos in situ. En dos casos fue preciso su traslado a centros hospitalarios. En el interior del establecimiento, los agentes contactaron con el denunciado, responsable del evento, para que justificase las condiciones del interior del local, sin que tuviera respuestas para lo que allí estaba sucediendo y apelara a la necesidad de hacer negocio. “De alguna forma tengo que ganar dinero”, les dijo a los agentes.
Éstos procedieron al total desalojo del establecimiento y su precinto cautelar, al tiempo que informaron al denunciado de la apertura de diligencias judiciales por los hechos observados. “Es curiosa la “amnesia” de algunos”, afirmó uno de los asistentes, recordando lo que sucedió hace ahora 10 años en el Madrid Arena, donde cinco jóvenes perdieron la vida en otra fiesta, con Halloween como protagonista.