Hoy: 23 de noviembre de 2024
Este martes, Joe Biden ha realizado el tradicional discurso del Estado de la Unión, el más importante del año, que reúne al poder ejecutivo, legislativo y judicial en una sesión conjunta en el Capitolio. El presidente de EE UU afronta uno de sus momentos más complicados en su mandato respecto a su popularidad.
En materia económica, hay que destacar el impuesto aprobado por su administración. Medida que obliga a las compañías multimillonarias a pagar un mínimo del 15%. Además, ha multiplicado por cuatro otro sobre la compra de acciones corporativas.
“El sistema impositivo no es justo. Yo soy capitalista, pero cada uno debe pagar lo que le toca”, ha subrayado. Y ha emplazado al Congreso a aumentar el impuesto mínimo al 20%. Aun así, estas y otras promesas no han conseguido que su popularidad crezca, con poco apoyo de la opinión pública y del Partido Demócrata para su reelección.
Entre ellas se encuentran la reforma policial, la ampliación de la sanidad, la inversión en energías renovables y dar ayudas a los inmigrantes que entran por la frontera sur. A pesar de exponer tantas medidas, la Cámara de Representantes está controlada por los republicanos, que pueden vetar casi cualquier iniciativa demócrata.
En este contexto de polarización, Biden quiere llegar a acuerdos con los republicanos, ya que el techo de deuda está a punto de superarse, y podría llevar al país a una suspensión de pagos.
Con el control de la cámara, los republicanos investigan a Biden en aspectos como gestión de la frontera, el hallazgo de documentos clasificados en su residencia, las influencias de su hijo Hunter Biden y la retirada de Afganistán, entre otros. A pesar de que no tienen ningún recorrido legal, amplifican la imagen ya trastocada del presidente.
Tras el vuelo del globo chino sobre territorio estadounidense, Biden se compromete a trabajar con el gigante asiático. Pero advierte que “si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país”.
“Vamos a estar con ustedes todo el tiempo que sea necesario”, ha dicho con la mirada puesta en la embajadora ucraniana en EE UU, Oksana Markarova, una invitada de honor a la sesión parlamentaria. Para frenar la invasión rusa, Washington ha enviado 31 tanques Abrams.