En Vitoria, el monolito homenaje a Fernando Buesa, víctima de ETA, apareció pintado de negro. En concreto, la placa que contiene la inscripción conmemorativa del histórico dirigente del Partido Socialista de Euskadi (PSE). La Fundación Fernando Buesa Blanco ya ha denunciado este acto vandálico.
No es la primera vez que atacan un monumento honorífico de Buesa. Ya en 2020, pintaron la lápida de su tumba con pintura roja. Además, no son los únicos casos de vandalismo con símbolos que reivindican la memoria de las víctimas de ETA. El monolito que hay en Bilbao en homenaje a estas también apareció con pintura negra en 2015.
Precisamente, el vandalismo contra todo símbolo que conmemora a las víctimas de ETA es la razón principal por la que la tumba de Miguel Ángel Blanco se tuvo que trasladar a Galicia. En Ermua, su ciudad natal, su féretro sufrió constantes ataques.
Al igual que Miguel Ángel Blanco, Buesa fue de los políticos vascos que más se atrevió a plantar cara al miedo impuesto por ETA. Tanto en su etapa de vicelehendakari de Euskadi, de 1990 a 1994, como después de ella. De hecho, participó en la manifestación del ‘¡Basta Ya! en San Sebastián el sábado anterior a su asesinato.
El crimen que la banda terrorista cometió contra él y su escolta, Jorge Díez Elorza, el 20 febrero del 2000. Un coche bomba que acabó con sus vidas minutos después de que el guardaespaldas y el abogado socialista acompañaran al hijo de este a la facultad en la que estudiaba. La explosión, que se produjo en Vitoria, se escuchó en gran parte de la capital vasca. En lugares importantes como las instituciones del Parlamento vasco.