El séptimo episodio de la segunda temporada de Breaking Bad abre con una canción interpretada por la banda mexicana Los Cuates de Sinaloa. El tema, titulado ‘Negro y Azul’, narra las hazañas de Heisenberg, el alter ego del profesor Walter White, quien ha emergido como un poderoso capo del narcotráfico en Albuquerque. Se trata de un narcocorrido, un subgénero musical que retrata la vida y fama de figuras del crimen organizado.
Este subgénero de música mexicana está actualmente en el centro del debate, tanto en México como en Estados Unidos.
Esto se incrementó luego de que una canción del grupo Los Alegres del Barranco, dedicada a Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho‘, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, desatara una fuerte controversia.
La Fiscalía del estado de Jalisco acusó al grupo musical el mes pasado de «apología de delito» por ensalzar al lider criminal de este grupo. Además, el gobierno de Estados Unidos calificó a este grupo como «organización terrorista extranjera», según se informa en El Observador.
Hace algunos días, la banda publicó una canción llamada El Consejo, en la advierten sobre los peligros del narcotráfico y con la que buscan suspender la acusación formal de la justicia.
«Al emitir un mensaje positivo con una canción, se abre la posibilidad a la eventual suspensión al proceso», declaró la Fiscalía en un comunicado.
Aún así, la Fiscalía señaló que siguen abiertas otras investigaciones contra el grupo musical por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Con el aumento de la popularidad de los narcocorridos, un subgénero de la música regional mexicana, varios estados del país han optado por prohibir la difusión de su música en espacios públicos.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se proclamó en contra de una prohibición formal del género y, en cambio, hizo un llamamiento a que las letras de estas canciones eviten glorificar la violencia y el narcotráfico.
La presidenta, declaró: “No estamos prohibiendo un género musical, eso sería absurdo. Lo que proponemos es que las letras no hagan apología de las drogas, la violencia, la violencia contra las mujeres o la cosificación femenina”.
Otros miembros de este tipo de canciones también han sido víctimas de la violencia de crimen organizado. A finales de mayo, cinco integrantes del grupo Fugitivo reportados como desaparecidos días antes, fueron encontrados asesinados en Tamaulipas, al noroeste del país.
La polémica en torno a los narcocorridos se enmarca en el contexto actual de las relaciones entre México y Estados Unidos. Durante su gobierno, el presidente estadounidense Donald Trump ejerció presión mediante aranceles e impuestos para que México adoptara una postura más firme frente al crimen organizado.
Esto también ha derivado en una especie de «batalla cultural» en torno a estos contenidos musicales.
Según la BBC, los narcos han usado la música para mejorar su imagen pública y como herramienta de reclutamiento, además de utilizar a sellos musicales y a bandas para lavar dinero.
No es la primera vez que este género musical intenta ser prohibido, y aún así, actualmente, es de lo más populares. Gracias a la implicación de artistas como Peso Pluma, que con su cruce con el rap lo convirtió en uno de los sonidos más codiciados de la industria musical latina actual.
De hecho, Peso Pluma fue amenazado si se presentaba en Tijuana por el Cartel Jalisco Nueva Generación, presuntamente por haber hecho canciones por encargo para otros grupos. Otras figuras reconocida como Shakira han colaborado con artistas del género.