Hoy: 23 de noviembre de 2024
El comisario José Manuel Villarejo acudió a una cita el 6 de febrero de 2017 convocado por el abogado y exjuez Baltasar Garzón en la que mantuvo una reunión de aproximadamente treinta minutos que grabó íntegramente. En el encuentro, Villarejo le señaló que su amigo y participante en comidas y operaciones, el empresario Adrián de la Joya, había hecho un viaje en relación con “una historia de Guatemala”, y, en lenguaje críptico, le habló de enviar datos “al colombiano”, en referencia al fiscal Iván Velásquez, a cargo de la Comisión de Internacional contra la Impunidad de Guatemala de Naciones Unidas (CICIG), para desmentir las acusaciones de corrupción contra el naviero español Ángel Pérez-Maura, que llevaron a dicho país a pedir su extradición a España por el presunto pago de una comisión ilegal de 30 millones de euros. Dicho pago habría estado destinado al expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina y su vicepresidenta, Roxana Baldetti. El soborno habría tenido lugar para lograr la adjudicación de la construcción y explotación de una terminal privada de contenedores en Puerto Quetzal (TCQ).
Ese 6 de febrero de 2017, un día antes de viajar a Nueva York junto a su amigo De la Joya -quien había concertado una cita con el lobista Paul Manafort, que presidió el comité de la campaña electoral del presidente Donald Trump, entre junio y agosto de 2016- el excomisario se dirigió en su Land Rover color negro al bufete de Garzón.
En su minuciosa agenda Villarejo pone ese día la siguiente entrada: “Balta. Avd. Menéndez Pelayo 87, 1ºA – Vernos 18:30-llamó él“. Debajo hay otras citas, entre ellas con Adrián de la Joya (Joy) y José Luis Olivera (Oli) el comisario principal que dirigía el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO) y exjefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF).
Garzón, según fuentes jurídicas consultadas por El Periódico de Catalunya, gestionaba un encargo de Villarejo para prestar declaración ante la Justicia del Principado de Andorra, como testigo en la querella de Higini Cierco y su familia, accionistas de la Banca Privada de Andorra (BPA), por un presunto delito de coacciones contra el archienemigo de Villarejo: el comisario Marcelino Martín-Blas, exjefe de Asuntos Internos de la Policía española.
Antes de empezar la conversación, Villarejo dejó en manos de un empleado del bufete su teléfono móvil, que se lo llevó a su despacho.
La transcripción referida a este tema es la siguiente:
Baltasar Garzón (BG): Te ocupo poco tiempo Pepe, luego hablamos de otras cosas. Los datos aquellos que me diste la fotocopia eso se puede hacer llegar a un destino, ¿alguien lo puede hacer llegar? El problema que tienen es que no pueden, es que no son formales.
Villarejo (V): ¿En qué sentido? ¿qué necesitas? ¿una asociación, o que alguien?
BG: Que alguien lo haga llegar allí para que ellos puedan agilizar esto, que no sé ni como lo van a usar. El problema es que les llegaron unas fotocopias. Claro, me dicen o la persona o las personas o alguien que pueda hacer llegar esto, que no sé cómo lo van a usar o dejar de usar, pero el problema es que como les llegaron unas fotocopias, qué fórmula.
V: La misma asociación que ha intentado querellarme. La asociación esa se la mandó al fiscal de la Audiencia Nacional, al fiscal general. A todo el mundo. La última copia es esa, ya no quedaban, habría que buscar la forma de recuperarla. Complicado ¿no?
BG: No, es mandar con la misma fecha un despacho diciéndole le adjunto esto…
V: Y eso te lo hago llegar a ti
BG: De la misma forma.
V: Se firma el original y se lleva y ya está.
BG: Eso podría ser.
V: Cuenta con ello
BG: Lo único es que te diré la fecha
En otra parte del audio, hablan de de la Banca Privada de Andorra y el pantallazo que Martín-Blas consiguió de un empleado de dicho banco sobre la cuenta de Jordi Pujol i Soley (“Le ofrecieron al pavo 500.000 euros y le pagaron 50.000”, apunta Villarejo).
Villarejo, en efecto, declaró en calidad de testigo ante una comisión rogatoria de Andorra mientras se encontraba ya en prisión. Eso ocurrió el 19 de marzo de 2019, desde un juzgado de Arganda del Rey. Allí admitió por primera vez en sede judicial la campaña de descrédito del aparato del Estado español contra los dirigentes independentistas catalanes, la llamada ‘Operación Cataluña’.
Tras departir sobre filtraciones periodísticas, en particular del comisario Enrique García Castaño, alias El Gordo, a quien Garzón representaría con ocasión de su arresto en la pieza Kitchen (caso Tándem), el 11 de julio de 2018, el abogado y exjuez pregunta:
BG: ¿Qué tal Adrián? ¿Cómo está? [se refiere al amigo de Villarejo e intermediario Adrián de la Joya]
V: De puta madre, de puta madre. A ver si nos vemos un día. La semana que viene estaré por aquí [de regreso del viaje de a Estados Unidos]. Búscate un dia y papeamos [comer]. Has visto que es un personaje muy divertido. Conoce a todo el mundo.
BG: Te digo también la fecha [en relación a Andorra].
V: Mándame un WhatsApp. Preparo una carta y te la hago llegar. y tú se la haces llegar a ellos, le dices que estamos dispuestos.
BG: La asociación.
V: A viajar, a ratificar en sede judicial.
BG: Perfecto.
V: Y si puede servir para que pegues un apretón. Además, yo sé que Adrián, volviendo a tal [a Adrián] yo sé que había viajado para aquello de su primo, te acuerdas, aquella historia, a Guatemala, no sé qué. [Es una referencia a la extradición del empresario naviero español que había pagado a Villarejo 7,5 millones de euros de una factura total de 10 millones por presuntas gestiones para impedirla. En las grabaciones de reuniones con la familia Perez-Maura, Villarejo llama a Garzón El Mago]
BG: No me volvió a hablar del tema. Dijo que me iba a llamar, pero nunca más.
V: Pues no lo sé. Pero, ya sabes, este tiene aquí sus abogados, que no quieren. Más que nada, lo que me imagino era que la idea de Adrián era dada la proximidad que tú tenías con esta gente, con el colombiano este.
BG: Sí
V: Con el colombiano [se refiere al fiscal Iván Velásquez, presidente de la CIGIP de Guatemala que había intervenido en la acusación de corrupción contra el empresario Pérez Maura] y tal [decirle] que este tío [Pérez Maura] no tiene nada que ver, en fin, no sé, que hicieras alguna.
BG: Eso se arma bien, se hace un dossier, se hace llegar. Es como hay que hacer estas cosas.
V: Totalmente. Como hay que hacerlas. Yo se lo digo.
BG Hay veces que es charlar y otra poner punto por punto y demostrar que no tiene relevancia ninguna
V: ¿Tú necesitas alguna cosa de algo?
BG: Era comunicarte lo que me habían pedido que a ver cómo podía llegar el tema.
V: Lo que tú quieras. Ya te digo, ahora mismo.
BG: Bueno, tenemos una historia de… coño.
V: En el tema de Rusia, Adrián tiene los mejores contactos del mundo. Y ahora en Estados Unidos con la nueva Administración los mejores contactos del mundo. Cuando yo, oye, venga, quedamos a comer y papel y lápiz y ver qué podemos hacer .
BG: ¡Mientras no me lleve al jefe de Estado de Bielorrusia! [Alexandr Lukashenko, presidente]
V: Jajaja. Es cierto, es muy amiguete [de De la Joya]
BG: Y un dictador.
V: No me jodas, que tampoco, hoy en día, esta gente.
BG: Déjate de coñas.
V: Tronqui. Gracias, quedamos en eso.
Le devuelven a Villarejo el teléfono móvil.
V: Muchas Gracias. A ver, pam pam. No ha sonado ¿no?
“No” -dice el empleado.
V: No me quiere nadie -se va el excomisario.
Villarejo le vendió a Pérez-Maura (por su condición de español, no fue finalmente extraditado) que la intervención de Garzón en gestiones en la Audiencia Nacional, entre otros, con la entonces fiscal Dolores Delgado -actual pareja del abogado y exjuez- para evitar la extradición en 2016 y 2017 exigía un adelanto de un millón de euros.
Pérez-Maura, arrestado primero e imputado en la causa -la llamada pieza 4 o ‘Pit’- declaró estar convencido de que Villarejo le engañó y que Garzón no tuvo intervención alguna en su caso. De la Joya, a su vez, declaró al juez que Villarejo engañó a Pérez-Maura con el nombre de Garzón para inflar la factura en un millón de euros. El comisionado de Guatemala, Velásquez, precisó que no había tenido nunca contacto alguno con Garzón, De la Joya o con Delgado. La Fiscalía Anticorrupción, asimismo, desmintió ciertas informaciones relacionadas con Delgado y Garzón.
Garzón ya negó tajantemente en 2019 su participación en el tema de Pérez-Maura. Por su parte, Villarejo se negó a declarar ante el juez sobre la pieza ‘Pit’ amparándose en el secreto profesional de abogado. Su socio y principal colaborador, Rafael Redondo Rodríguez, admitió que quisieron contratar a Garzón (El Mago, Villarejo dixit]
“El señor Baltasar Garzón conoce al señor Villarejo y nunca lo ha negado. Las propuestas que el mismo haya hecho o afirmado hacer, o no existieron o no se llegaron a materializar”. También dijo Garzón que “ninguna grabación puede existir en la que la voz de Baltasar Garzón haya sido captada y que se refiera al denominado proyecto Pit, al que es ajeno absolutamente”. Da la impresión en la grabación reproducida de que el proyecto relacionado con Perez-Maura no habría llegado a materializarse.
El Periódico se puso en contacto con Baltasar Garzón a propósito del audio que este viernes se publica, para ofrecerle escuchar la grabación y conocer sus comentarios. “No tengo interés en oir ninguna grabación. Porque si lo hiciera estaría contribuyendo a dar difusión a aquello que creo es delictivo”, puntualizó el abogado.