Hoy: 21 de noviembre de 2024
Septiembre de 2014. Escocia decide permanecer dentro del Reino Unido en su referéndum de independencia. Su ministro principal, Alex Salmond, dimite tras haber apostado por la separación de la Union Jack. Nicola Sturgeon lo sucede en el cargo. Su estancia en el poder ha durado hasta este miércoles, día en el que abandona el cargo, después de haber intentado celebrar otra consulta sobre la secesión, motivada por el Brexit.
La dimisión de Sturgeon se suma a una realidad muy aceptada en las islas en los últimos años: la de dejar el Gobierno sin terminar la legislatura. En el caso de Downing Street, por culpa de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Tras el referéndum sobre el Brexit, David Cameron decidió dar un paso al frente. Con una mayoría absoluta en el Parlamento británico, confió su legislatura a una consulta que, según las encuestas, parecía favorable para la permanencia. Esta es la opción que defendió el exlíder conservador como una manera de que su país obtuviera más soberanía dentro de la zona comunitaria. Pero un estrecho margen de poco más del 3% sepultó su carrera política.
Con la salida de Cameron, Theresa May tuvo que afrontar un legado nacido del Brexit como una patata caliente. La primera mujer en gobernar Reino Unido, después de Margaret Thatcher, duró tres años como premier. La pérdida de la mayoría absoluta de los conservadores en el Parlamento complicó su mandato. Su dimisión, en 2019, constató la inestabilidad política del Ejecutivo en el país.
Entonces, Boris Jonhson aceptó el reto de consumar el abandono del Reino Unido de la UE. Con la obtención de la mayoría absoluta en el Parlamento y con la salida oficial del Reino Unido de la UE, el mandato del exalcalde de Londres parecía estar bastante consolidado. Sin embargo, los escándalos de sus fiestas durante la cuarentena de la COVID-19 y las dificultades intrínsecas de la desconexión de la zona comunitaria dejaron muy tocada su imagen. Y, al igual que con May, sus compañeros de partido le retiraron su confianza.
Tras tres años en Downing Street, Johnson cedió el testigo a Liz Truss, que venció en unas elecciones primarias de la formación tory al actual primer ministro, Rishi Sunak. Pero los conflictos ministeriales y la crisis energética acabaron con su carrera a los mandos del Reino Unido, la más breve en la historia democrática del país.
En comparación con los ejemplos de Londres, Sturgeon ha dimitido en un contexto político más estable. Gobierna con casi mayoría absoluta, y lleva ocho años como presidenta de Escocia. Sin embargo, la oposición del Ejecutivo central a la celebración de otro referéndum de independencia y a la puesta en marcha de la ley transgénero por parte de Edimburgo ha frustrado su hoja de ruta. Además, ambas medidas están lejos de contar con un apoyo sólido de la opinión pública.
Por su parte, Irlanda del Norte lleva un año sin gobierno, por el desacuerdo entre los separatistas del Sinn Féin y los unionistas del DUP en torno a su estatus tras el Brexit. Este territorio sigue dentro del ámbito aduanero de la Unión, con el fin de evitar una frontera dura con la República de Irlanda.