El uso de Psicodélicos abre otras puertas al tratamiento de la salud mental

Psicoterapia con psicodélicos, el nuevo paradigma para el tratamiento de la depresión y las adicciones

El pasado 27, en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, con la participación de Inawe, tuvo lugar la primera ponencia en España del Dr. David Erritzøe psicólogo y neurocientífico, Director Adjunto y Director Clínico del Centro de Investigación Psicodélica, Imperial Collage de Londres y uno de los científicos más influyentes del mundo dentro de la investigación con psicodélicos. Por primera vez en España el Dr. David Erritzøe ha presentando los nuevos estudios e investigaciones en materia que proponen un nuevo paradigma en la psicoterapia asistida por psicodélicos para el tratamiento de adicciones, depresión y ansiedad.

¿Un mal nombre merecido?

A pesar de su creciente popularización en los últimos años, sustancias como el DMT, LSD, MDMA o la Ketamina no son algo novedoso, y tampoco lo es su faceta clínica.

Ya en el siglo pasado, en Estados Unidos, Albert Hoffman fabricó LSD en su laboratorio y se dio cuenta de su potencial terapéutico. A partir de ese momento (1943) hay un auge en la investigación del tema hasta llegar a los años 60 cuando la droga empieza a asociarse a movimientos contraculturales al gobierno republicano de Nixon. Empieza un ataque mediático que lleva a la criminalización y desprestigio que desemboca en su prohibición en los años 70 por motivos políticos y no científicos. También el MDMA se venía usando con fines terapéuticos desde 1912 y su utilización, llevó a importantes descubrimientos en materia de neurociencia como por ejemplo la existencia de la serotonina: también conocida como la hormona de la felicidad.

La cruzada de Nixon contra los psicodélicos llevó a un abrupto fin de todas las investigaciones en materia y no es hasta los años 90 que resurgen nuevos estudios que usan estas sustancias en el tratamiento de víctimas de violaciones que sufren estrés post traumático (PTSD son las siglas en inglés) llevados a cabo por John Hopkins University, London College, University of Zurich o Hospital de Sant Pau (Barcelona): todos ellos tienen resultados prometedores.

Descriminalización y uso clínico

En la actualidad existen varios estudios clínicos que se encuentran en Fase 2 e incluso en Fase 3 que trabajan con MDMA. Asimismo, en 2019, en Europa se aprobó el uso de la Ketamina como antidepresivo.

Cabe tener en cuenta que los efectos de estas sustancias bajo un uso clínico controlado no es lo mismo que su uso cultural o ritualístico (practicado por tribus de Africa o Latinoamérica). Un claro ejemplo es la ingesta del DMT, el componente psicoactivo de la Ayauhasca (planta con cuyas hojas se prepara un brebaje alucinógeno, empleado por chamanes con fines curativos). Normalmente es inofensivo para el ser humano ya que es fácilmente digerible pero la composición y mezcla de plantas utilizadas en el ritual lo vuelve psicoactivo y provocador de un ’’viaje’’ largo e intenso. A nivel terapéutico se administra por vía intravenosa o fumándolo, reduciendo la duración del viaje a 20 minutos, en vez de las horas que suelen durar las practicas ritualísticas.

La Ketamina se desarrolló como medicina desde hace tiempo para la anestesia o contra el dolor. Se trata de un psicoactivo desasociativo que se ha remodelado desde sus principios como anestésico para convertirse en antidepresivo.

El MDMA es un estimulante psicoactivo híbrido debido a su similitud con las anfetaminas; funciona como ansiolítico y es de uso habitual en el descubrimiento del trauma. El uso del Éxtasis en los ensayos clínicos realizados en Estados Unidos por MAPS está en Fase 3 en estudios para tratar el estrés post traumático (PTSD). Ante este panorama, cabe esperar la introducción del estudio en Europa y España, una vez logren aprobación por la FDA (Food and Drug Administration), agencia gubernamental estadounidense responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, etc.

¿Cuál es el impacto psicológico de los psicodélicos?

Es difícil medir la embergadura del su impacto psicológico ya que el “viaje” que causan dichas sustancias es una experiencia subjetiva extremadamente poderosa que pude llegar a revelar experiencias traumáticas escondidas en nuestro subconsciente. Dado el fuerte impacto emocional que pueden llegar a tener se desaconseja encarecidamente su uso fuera de un entorno clínico, terapéutico o asistido; especialmente en el caso del MDMA que interfiere con la producción de serotonina: motivo por el cual, pasados los días, podemos sentir ansiedad, depresión o vacío.

Los psicodélicos tienen un efecto clave: la estimulación del receptor A2 dentro de los receptores responsables de los niveles de serotonina de nuestro cerebro; este receptor no se ve afectado por los demás psicodélicos ya que no interfieren en nuestra producción de serotonina. Además la Ketamina y el DMT promueven la formación de nuevas conexiones dentro del cerebro, mejorando su plasticidad; (concretamente del transmisor A2 conectado con el aprendizaje y la curiosidad).

El renacimiento de los psicodélicos

Tal vez, como otros tantos descubrimientos, el siglo pasado no era el momento para indagar y profundizar en materia. Sin embargo es inevitable lamentar el tiempo perdido, causado por la estigmatización y la criminalización de estas sustancias, que podría haberse dedicado a su investigación. Ante esta realidad nos encontramos con una brecha enorme en cuanto a nuevos tratamientos para la psicoterapia que ayuden a encontrar una solución efectiva al preocupante problema global causado por la depresión.

Además a nivel social se ha producido un cambio de pensamiento, una evolución de los valores: en años recientes hemos abrazado el diálogo sobre la salud mental e ir a terapia no está mal visto. Al mismo tiempo hay un creciente recelo del Big Pharma, las multinacionales farmacéuticas y sus antidepresivos. Parece que hay una tendencia hacía una vertiente más natural y a un uso de terapias alternativas que abraza y ve con muy buenos ojos que el uso de estas sustancias sea para sanar problemas de salud mental o para experimentar un crecimiento personal.

Medicación ”tradicional” vs. psicodélicos

La medicación ’’tradicional’’ para los problemas de salud mental no resulta útil para la mayor parte de sus usuarios que reportan sentirse vacíos, desconectados, además de multitud de efectos secundarios que afectan especialmente a la vida sexual. Estos medicamentos encarcelan al paciente y apagan la responsabilidad emocional mientras que la psicoterapia con psicodélicos es una experiencia subjetiva obligada a mirar en el interior y hacerle frente.

Esta resultado se demostró en un primer estudio sobre el tratamiento de la depresión mediante psicoterapia con psicodélicos en el que participaron 20 voluntarios, de los cuales 18 estaban severamente deprimidos. Todos ellos habían estado en terapia anteriormente, probando diversas formas sin resultado. En el estudio, se realizó una única intervención de una sola dosis completa que demostró efectos positivos a largo plazo (6 meses después). Algunos de los resultados encontrados fueron: la reducción de la rumiación en los sujetos, esos pensamientos se suprimieron; dejaron de sentirse desconectados; empezaron a dejar de evitar pensamientos, situaciones o emociones y mejoró la función de la conectividad global del cerebro (la conexión que existe entre sus diversas partes).

Es esencial que en este tipo de terapia el paciente se autocontrole. Al tratarse de una experiencia profundamente subjetiva y personal, se alienta tener esa comunión interior y afrontar la experiencia sin miedo: es muy importante la preparación previa a la experiencia, la creación de un espacio seguro que permita al paciente enfrentar y superar la experiencia — se entiende al paciente y a la sustancia como el ”piloto y el avión” mientas que el terapeuta es una ”azafata” que le acompaña en el “viaje”.

Efectos secundarios a nivel cognitivo a largo plazo

Por la forma en la que se están llevando a cabo las investigaciones, en un entorno controlado, seguro, con dosis pequeñas, espaciadas en el tiempo no hay indicios ni se esperan efectos secundarios a largo plazo.

Aunque es cierto que un uso abusivo y abundante puede llevar a graves perdidas de memoria (en el caso del MDMA) o incluso a adicción (en el caso de Ketamina). LSD y DMT en un uso frecuente llevaría a desarrollar resistencia a la droga, pero un uso excesivo es poco probable debido al tipo de viaje que proporcionan.

¿Que pasa con el micro-dosing?

El concepto de micro-dosing está en creciente popularidad, especialmente en Estados Unidos. Suele tratarse de la ingesta de una décima parte de una dosis completa durante 4 días seguidos, ”ayunando” los siguientes 3. También puede tratarse de tomar durante una semana completa y no tomar nada posteriormente. Hay diversas formas de hacerlo y en todas los usuarios reportan mejorías general en multitud de aspectos de su vida. Sin embargo hay pocos estudios que respalden su efectividad y actualmente, su efecto es asociado al placebo y a la propia expectativa que el usuario pone en el sustancia.

Sin lugar a duda, es un campo fascinante, “muy activo’’, que está atrayendo mucha atención e inversión financiera. Será interesante ver dónde nos lleva y si es una solución valida para el tratamiento de adicciones, depresión y ansiedad. En palabras de Dr. David Erritzøe ”los tratamientos tardarán un tiempo en implementarse, aunque ese parece ser el camino al que nos dirigimos”.