Pelé ha muerto. Se acaba de ir un mito del fútbol, uno de los mejores jugadores de la historia, sin duda el mejor de su época.
Edson Arantes do Nascimento ha fallecido a los 82 años de edad en el hospital Albert Einstein de Sao Paulo, a las 20.04 de este jueves, según ha confirmado en Instagram su hija Kely Nascimento.
O Rei’, como era conocido, nació en Brasil, en Tres Coraçoes en el estado de Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940. El tres veces campeón del mundo con la ‘canarinha’ (Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970) llevaba ya un tiempo con un estado de salud delicado. Hasta que hoy su corazón se ha parado.
Al mito brasileño le diagnosticaron un cáncer de colon en 2021 y en varias ocasiones tuvo que ser hospitalizado por problemas de salud. La situación se agravó en diciembre de 2022 con problemas renales aunque pudo disfrutar del Mundial de Catar y mandó un mensaje en sus redes sociales “Gracias Mbappé, ¡estoy feliz de verte romper otro de mis récords en este Mundial!”.
Pelé siempre será recordado por su carrera futbolística, por sus jugadas, por sus goles, por sus títulos. Y para la historia, además de sus mundiales y de sus trofeos con el Santos, quedará también una fecha: el 19 de noviembre 1969, día en el que anotó contra el Vasco da Gama su gol número 1.000 con el Santos.
Con él, acaba una era en la historia del fútbol y en Brasil. Los que tuvieron el privilegio de verle jugar en directo o lo han visto en vídeo recuerdan con precisión aquel gol de cabeza con el que abrió el marcador en su tercer Mundial. La final del 4-1 contra Italia en México 70. Un instante que, junto a jugadas y goles legendarios, ha cristalizado en la memoria colectiva como la expresión máxima del fútbol bello, eficaz e irreverente. “Encantado, soy Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos. Usted no necesita presentarse porque todo el mundo sabe quién es Pelé”, le dijo su anfitrión en una de sus primeras visitas a la Casa Blanca, según informa Nayara Galarraga para el diario El País.
Existen tantas definiciones de Pelé como aficionados. Aquí la de un rival y la de un cineasta. “El futbolista más grande de la historia fue Di Stefano. Me niego a catalogar a Pelé como jugador. Estaba por encima de eso”, dijo el madridista Puskas. “Cuando el balón llega a los pies de Pelé, el fútbol se transforma en poesía”, declaró Pier Paolo Pasolini.
El brasileño alcanzó la excelencia en un deporte creado por ricos que los pobres como él —fue limpiabotas— abrazaron y convirtieron en un fenómeno de masas. El talento dentro de la cancha de aquel hombre negro, siempre alegre, que disfrutaba bailando con la pelota, coincidió con la llegada de un nuevo aparato a hogares de todo el mundo. La popularización de la televisión lo catapultó a una fama planetaria en blanco y negro; después, a todo color. Brasil era un país tan gigante como prometedor que solo había abolido la esclavitud a finales de siglo XIX.
Dijo definitivamente adiós a las canchas el 1 de octubre de 1977 en un amistoso en Nueva York entre sus dos clubes. Siempre conciliador, jugó un tiempo con el Santos y otro con el Cosmos. Más que un partido, aquello fue un gran evento televisado. Quizá el embrión del actual fútbol espectáculo.
De esa época son también sus encuentros con Muhammad Ali, Frank Sinatra, la reina Isabel II, Andy Warhol… O sus primeras visitas a los presidentes de Estados Unidos. Cuando en 2000 Nelson Mandela le entregó el primer premio Laureus a toda una vida, alabó su coraje, alegría y perseverancia.