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Miles de bolsonaristas asaltan el Congreso y el Supremo para azuzar un golpe de estado contra Lula

Seguidores de Bolsonaro pidiendo ayuda al ejercito para derrocar a Lula. | E.P.

Los extremistas, ataviados con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, se niegan a aceptar la victoria del flamante presidente, elegido el pasado octubre

Miles de radicales seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron este domingo las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo, en Brasilia, exigiendo una intervención militar para derrocar a Luiz Inácio Lula da Silva, quien accedió al poder hace una semana. Los golpistas llegaron al corazón del poder en Brasilia, la capital de Brasil, desde el Cuartel General del Ejército, ubicado a nueve kilómetros en línea recta. Allí permanecían acampados desde que Bolsonaro perdió las elecciones.

Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, se niegan a aceptar la victoria de Lula en las elecciones del pasado octubre. El asalto de Brasilia supone un grave desafío para el nuevo presidente, el izquierdista Lula da Silva.

Este hecho, las acampadas frente a los cuarteles de los extremistas, era uno de los primeros quebraderos de cabeza de Luiz Inazio Lula da Silva desde que accedió al poder. Sobre todo porque no quería recurrir a la fuerza.

Todo lo contrario que su ministro de Justicia Flavio Dino, que desde el principio habría optado por el enfrentamiento hasta que los concentrados se dispersaran. Tampoco ve con buenos ojos el enfrentamiento el ministro de Defensa, José Múcio, que opta por evitar la confrontación a toda costa. Lula tenía previsto visitar esta tarde Araraquara, una ciudad del interior del Estado de São Paulo afectada por las intensas lluvias de los últimos días.

El asalto de Brasilia retrotrae al perpetrado en el Capitolio de Estados Unidos hace dos años con la diferencia de que el Congreso brasileño no está en sesión, y solo retomará sus actividades en febrero. El derrotado Bolsonaro se encuentra fuera del conflicto, en Estados Unidos, en Orlando, Florida, a donde viajó dos días antes de la toma de posesión de Lula para evitar darle el solemne relevo y colocarle la banda presidencial.

El área donde se concentran las sedes de los tres poderes había sido acordonada por las autoridades pero los manifestantes han logrado superar esas barreras y han entrado en los tres edificios. Las imágenes de redes sociales y de las televisiones les muestran dentro de los inmuebles. Los golpistas han llegado hasta la tercera planta del Palacio de Plananto, donde despachan los presidentes de la República. Algunos de ellos se han enfrentado a la policía legislativa con palos.

Reacciones

Tras los incidentes, Fávio Dino, ministro de Justicia y Seguridad Pública del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, ha advertido de que los intentos “absurdos” de imponer por la fuerza un intento de golpe de Estado “no se impondrán” en respuesta a la toma por parte de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro de la sede del Congreso en Brasilia.

Ese absurdo intento de imponer su voluntad por la fuerza no se impondrá. El Gobierno del Distrito Federal afirma que habrá refuerzos y las fuerzas de que disponemos están trabajando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia“, ha afirmado Dino, según recoge el diario Folha de Sao Paulo.

También el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, ha criticado las acciones de los manifestantes y ha advertido de que deben sufrir con urgencia “el rigor de la ley”. “He hablado hace poco por teléfono con el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, con quien mantengo un contacto permanente. El gobernador me ha informado de que está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial para controlar la situación”, ha publicado Pacheco en redes sociales.

Mientras, el portavoz del bloque del Gobierno en el Congreso, Randolfe Rodrigues, ha abogado por la unión de los demócratas ante este ataque de “terroristas”. “Los antidemócratas criminales no pueden andar libremente. No hay que tolerar a los intolerantes. Esperamos la dura aplicación de la ley a todos los implicados en esas acciones“, ha indicado.

Por su parte, Lula sigue los acontecimientos de Brasilia desde Sao Paulo, donde se encuentra para comprobar en primera persona los daños causados la semana pasada por las intensas lluvias, que causaron la muerte de seis personas. Había prevista una rueda de prensa que fue suspendida tras conocerse las informaciones sobre la entrada de los bolsonaristas en la sede del Congreso. Lula está acompañado de los ministros de su gabinete. Mientras, Bolsonaro guarda silencio en redes sociales.

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