El primer ministro, Mario Draghi, que este miércoles perdió el apoyo de sus socios parlamentarios en el Senado para continuar con el Gobierno de “unidad nacional”, se ha dirigido hoy al Palacio del Quirinal -una de las residencias del presidente de la República- para presentar su dimisión ante Sergio Mattarella, quien ha aceptado su dimisión después de comparecer en la Cámara de Diputados. Mattarella ha recibido este jueves por la tarde a los presidentes de las Cámara Alta y la Baja para estudiar la convocatoria de comicios anticipados. Tras esta reunión, el jefe del Estado ha disuelto el Parlamento y ha convocado elecciones anticipadas el 25 de septiembre . Mientras tanto, el premier dimisionario se mantendrá en funciones para gestionar la política cotidiana del país.
Sergio Mattarella “recibirá por la tarde en el Palacio del Quirinal a los presidentes de las Cámaras, de conformidad con el artículo 88 de la Constitución”, se informa en un breve comunicado de la Presidencia de la República, que hace referencia a la disolución del Parlamento, un requisito previo a la convocatoria de elecciones.
La decisión de Draghi, que es la segunda dimisión que presenta, ha abierto otra crisis de gobierno en una Italia que irá a elecciones anticipadas dado que tanto los socios de la coalición ni el jefe del Estado han movido ficha para otorgarle la confianza y, en el caso de Mattarella, no le ha instado a que siga en el cargo -como el otro día- dada la situación política insostenible que se vive en el seno del Gobierno de coalición.
Draghi comunicó que acudiría a la mayor brevedad posible a trasladar su renuncia al presidente de la República, Sergio Mattarella. El premier ayer miércoles, en primer instancia, se retractó y aceptó seguir en el cargo. Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron a última hora de la tarde y se espera que posiblemente convoque comicios anticipados. Todo ello en una enésima crisis de gobierno, dada la situación rocambolesca de la semana pasada donde Mattarella, el jefe del Estado, rechazó la dimisión de Draghi. Asimismo,se pensaba que una posibilidad era que Matarella podría haberle encargado buscar otra mayoría para agotar la legislatura o encomendar ese objetivo a otra figura técnica o institucional del perfil del ex presidente del Banco Central Europeo. Finalmente, no ha sido así y ha aceptado su dimisión.
“A veces incluso se utilizan los corazones de los banqueros centrales…”, ha expresado con emoción Mario Draghi, quien ha recibido el aplauso de la Cámara este jueves antes de dirigirse al Palacio del Quirinale para reunirse con el jefe del Estado. La agotadora jornada de ayer, con continuas negociaciones, comenzó con la oferta a los partidos de renovar el pacto de Gobierno que se rompió hace una semana y acabó con la decisión del Movimiento 5 Estrellas, de la Liga y de Forza Italia de no otorgarle la confianza.
Draghi: “Voy a ver a Matarella para comunicarle mi determinación”
“Voy a ver a Mattarella para comunicarle mi determinación”, ha asegurado el premier. Sin embargo, no ha pronunciado la palabra “dimisión” a pesar de que se ha consmado en el el Palacio del Quirinal. De este modo, este podría ser el penúltimo acto del ex presidente del BCE en el Gobierno de Italia.
La determinación de Draghi de dimitir se produce a raíz de que tres socios de su coalición de gobierno, la conservadora Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi, la ultraderechista Liga de Matteo Salvini y el populista Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Giuseppe Conte, le retirasen su apoyo en una moción de confianza este miércoles en el Senado.
La sesión en la Cámara de Diputados, que se ha retomado a las 12:00 horas de este jueves, ha apuntalado el proceso parlamentario iniciado ayer en el Senado a instancias de Mattarella, quien el pasado jueves rechazó su renuncia por el abandono de uno de sus socios, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), y le emplazase a ir al Parlamento para intentar tejer la variopinta coalición que integra el Ejecutivo.
El primer ministro se dirigió al Senado para intentar reconstruir el gobierno de concentración que le sostenía, pero terminó perdiendo el apoyo de tres miembros de su Gobierno, el M5S, Forza Italia de Silvio Berlusconi y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini.