Icono del sitio FUENTES INFORMADAS

Lucha de clases

lucha

La estatua de Karl Marx en su ciudad natal, Tréveris (Alemania). | Fuente: Reuters / Wolfgang Rattay / Europa Press

Doña Enriqueta y sus hijas solían ir de visita a casa de doña Rosita la soltera, que García Lorca enmarcó en un lenguaje social incomparable. A cambio de una postal, la señora y acompañantes se quitaban el hambre en una merienda prolongada frente a los rosales del invernadero. En un paréntesis, la visitante se dolía de haber acabado con su antigua posición desahogada recordando lo que su difunto le repetía: “Enriqueta, gasta, gasta, que para eso gano sesenta duros”. Remataba su intervención resaltando que, a pesar de sus esfuerzos, “no había descendido de clase”.

La clase común a todos los seres humanos debe establecerse en la dignidad de derechos y deberes; en la justicia que recompensa las legítimas capacidades y vigila los abusos de los que van por la vida sin valores. Marx nunca debía haber hablado de luchas, sino promover la libertad que fructifica en los encuentros.

Salir de la versión móvil