Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Sanidad española se enfrenta a un verano cargado de incertidumbres. Aunque nadie sabe cómo, y con qué resultado culminará, lo cierto es que los sanitarios consultados por este periódico no lo tienen claro. Por un lado, esperan unas vacaciones deseadas debido a la carga de trabajo que llevan desde que finalizó la pandemia, pero, por otro, nadie sabe con exactitud lo que les esperará a la vuelta.
Urgencias colapsadas, una ola de COVID 19 que lleva en aumento desde principios de junio, falta de personal….es el panorama que les espera, sin contar con el aumento de la población a la que atender debido a la llegada masiva de turistas.
Sectores como Enfermería, médicos de primaria o médicos de urgencia serán los más afectados sin duda. El médico José Polo, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), afirma que las perspectivas son “muy malas”. Es más, tal es el desasosiego del profesional que la sensación es de “desastrosa y desalentadora”, según publica hoy El País.
Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros, justifica la mala atención que en algunos casos se puede dar. “Por mucho que queramos y por muy atentos que estemos, el estrés reduce mucho la calidad de la asistencia”. Afirma que atender a un paciente, después de ver a cien antes, “por mucha voluntad que pongamos, estamos lógicamente cansados”. “Y es muy diferente ser el primero o el número 100”.
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, no se ha reforzado la asistencia sanitaria este verano por motivos de la llegada de turistas. Un portavoz de la Consejería ha informado que el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) cuenta en estos momentos con casi 5.000 efectivos más que antes de la pandemia, 4.100 dentro de las plantillas estructurales y más de 600 como personal para sustituciones.
Además, de cara a este verano se han autorizado más de 6.400 contratos de refuerzo para los tres meses del período estival en distintas categorías y en todos los escalones asistenciales con una inversión de casi 48 millones de euros.
Pero, sin duda, quienes mas van a notar esa presión del deterioro del sistema sanitario español serán la urgencias hospitalarias. La falta de personal y lo maltrecha que está la atención primaria , sobre todo las urgencias de estos centros, provocará una masificación en las urgencias de los hospitales.
Lo que temen los profesionales sanitarios de urgencias es que el ritmo asistencial continúe en los meses que entran, cuando habrá menos médicos, por las bajas sin cubrir, por las vacaciones. “Intentaremos que no repercuta en los pacientes, pero supondrá un sobreesfuerzo personal”, explica Aurora, enfermera del Hospital Infanta Leonor de Vallecas, en Madrid.
Y a todo esto hay que sumar, como decíamos antes, que los contagios por coronavirus en España siguen creciendo desde el mes de junio. Se trata de las variantes BA.4 y BA.5 que, aparentemente, son más contagiosas que las anteriores, pero menos graves.
Según datos de Ministerio de Sanidad del pasado viernes, la incidencia acumulada en mayores de 60 años aumentó hasta los 102 puntos, lo que equivale a 755 diagnósticos por 100.000 habitantes en 14 días. Según los mismos datos ministeriales, hoy hay 8.205 pacientes ingresados en planta (1.417 más que hace una semana) y 388 en UCI, Aun así, son los niveles mínimos de ocupación desde que comenzó la pandemia.
Aurora, la citada enfermera, recuerda cómo hace dos años, durante la pandemia, todos los políticos se comprometían a reforzar las plantillas. La situación actual, ya no solo es la contraria, “es peor”. Con profesionales “totalmente agotados” y en muchos casos “sufriendo las secuelas de COVID permanente”. Y lo que es peor: “No hay ni intención de que se pongan herramientas o medios para solucionarlo”, señala.