Más de 10.000 agentes, entre policías nacionales, municipales, guardias civiles, y personal de emergencias, se desplegarán en la ciudad durante la cumbre de la OTAN. Se trata del mayor despliegue de seguridad de la historia reciente, según ha informado el Ministerio del Interior.
La Operación Eirene, bautizada así por la diosa griega de la paz, buscará precisamente que la cumbre se desarrolle “con altos niveles de tranquilidad y paz social”. Es también un nombre cargado de simbolismo por la guerra de Ucrania, un conflicto que marcará la agenda de la cumbre, y que ha devuelto a la OTAN un papel protagonista en la política internacional que había perdido en las últimas décadas.
Se desplegarán 6.550 policías nacionales, 2.400 guardias civiles y efectivos de la policía municipal, de bomberos y de protección civil de la Comunidad de Madrid, además de personal de la seguridad de la Casa Real, de la Presidencia del Gobierno y seguridad privada. A ellos se sumarán los propios agentes de seguridad de cada delegación y los de la propia OTAN.
El dispositivo ha identificado zonas críticas de seguridad, donde la presencia policial será especialmente intensa. Se trata del recinto ferial de IFEMA, donde se celebrarán las reuniones de la cumbre, el Palacio Real, donde tendrá lugar una cena organizada por Zarzuela el día 28, el Museo del Prado, donde se celebrará otra cena el día 29, el aeropuerto de Barajas y la base aérea de Torrejón, así como los hoteles donde se alojarán los participantes y otros lugares que visitarán sus acompañantes.
La misión es la de proteger a más de 5.000 participantes de 40 delegaciones.
Acudirán a la cumbre más de 5.000 participantes, concretamente 2.000 delegados, 2.000 periodistas y cerca de mil personas de la organización. Estarán presentes 40 delegaciones: los 30 miembros de la OTAN, así como los cuatro países asociados de Asia-Pacífico (Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur) y los países miembros de la Unión Europea pero que no forman parte de la Alianza.
Participarán también Suecia y Finlandia, países que recientemente han solicitado ingresar en el bloque, pero que todavía no han sido invitados formalmente. Todavía se desconoce en qué calidad participarán en la cumbre, pero fuentes de Presidencia han señalado que lo harán en igualdad de condiciones con el resto de miembros. Acudirán igualmente el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg -que cuenta como otra delegación- y los presidentes de la Comisión y el Consejo europeos.
La otra gran incógnita es la presencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha sido invitado a acudir presencialmente. Sin embargo, “hasta el último momento” no se sabrá si podrá hacerlo, por lo que está previsto también que pueda participar telemáticamente, apuntan desde el Gobierno. Si finalmente acudiera, el plan se podría adaptar, añaden.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de momento, no han detectado amenazas que eleven la preocupación. Desde Interior no han observado ninguna amenaza especial que eleve la preocupación actual, señalan.
Recuerdan que llevan meses volcados en garantizar la seguridad de la cumbre y que reciben prácticamente a diario informes del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).
Aún así, Interior ha decidido mantener la alerta terrorista en el nivel actual, 4 sobre 5, para controlar la entrada de personas de fuera de España. Se suspenderá temporalmente la libertad de circulación del espacio Schengen y se recuperarán los controles en aduanas, como ocurrió también durante la cumbre del clima 2019 o en la boda entre Felipe y Letizia en 2004.
En cuanto a los posibles elementos subversivos en manifestaciones, el ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska buscará el equilibrio entre el derecho a manifestación -que estará garantizado, aseguran- y la seguridad del evento.
No detallan cómo será la zona de exclusión alrededor de los lugares que acogerán los actos, pero avanzan que el perímetro de seguridad será amplio. No hay previstas grandes movilizaciones para esos días, ya que el evento más masivo que se solía celebrar en las mismas fechas, el Orgullo, ha retrasado una semana su celebración para evitar que coincida con la OTAN. Sí que hay prevista una marcha por el Orgullo crítico el día 28, pero se celebrará en el barrio de Carabanchel y no en las calles del centro, donde solía tener lugar.
También la asociación Jusapol pretende manifestarse en las puertas de IFEMA el día 30, en la segunda jornada de la cumbre, para pedir la equiparación salarial.
El Gobierno pedirá comprensión a los madrileños ante los trastornos que pueda ocasionar la celebración del cónclave de líderes occidentales. El tráfico se verá alterado, especialmente en los alrededores de IFEMA y en el centro, por lo que se recomendará el teletrabajo, reducir los desplazamientos y usar el transporte público.
La ciudad estará “prácticamente bloqueada” durante esos días, según el alcalde, José Luis Martínez-Almeida. Madrid estará “muy difícilmente transitable y va a haber que armarse de mucha paciencia”, y recomendó el “uso del transporte público”.
El Museo del Prado estará cerrado los dos días de la cumbre, con ocasión de la cena entre líderes euroatlánticos que el Ejecutivo organizará el día 29. Se verán afectados también otros espacios, donde se desarrollará un programa específico para los acompañantes de los líderes organizado por el Gobierno y en el que participará la reina Letizia. Entre ellos está el Teatro Real, el Museo Reina Sofía, el Real Sitio de San Ildefonso y la Real Fábrica de Cristales de La Granja, estos dos últimos en Segovia.
La situación cambiará según la fase de la operación. Desde el pasado 12 de mayo hasta el 23 de junio se desarrolla la fase preventiva, que incluye por ejemplo la instalación del perímetro de seguridad en los pabellones 12 y 14 de IFEMA, donde se celebrará la cumbre. A partir del 24 de junio comenzará la fase de alerta y se activará el protocolo de seguridad de la feria, por lo que solo se permitirá el acceso a personas acreditadas. Finalmente, el día 27 comenzará la fase crítica, con el grueso del dispositivo desplegado.
Se espera que ese día lleguen algunos líderes internacionales y que la mayoría lo haga el 28, para acudir a la cena de gala en el Palacio Real y a la cena paralela que se celebrará en el Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Exteriores, entre ministros de este ramo y de Defensa.
Un presupuesto de 35 millones para la organización de la cumbre
El presupuesto para la organización de la cumbre está situado entre los 35 y los 36 millones de euros, aunque desde Presidencia esperan que no se llegue a esta cantidad. Se trata de un contrato para la construcción de las instalaciones en IFEMA firmado por el Ministerio de Exteriores, que en principio iba a ser el único autorizado para hacer los contratos necesarios.
Sin embargo, una nueva disposición en el BOE permite al resto de ministerios hacer contrataciones, que serán en una cantidad menor. El único gasto significativo, más allá del de la construcción, será para seguridad, aunque las fuentes consultadas señalan que no se podrán desglosar estas otras partidas hasta que termine la cumbre.
Esta ocupará más de 50.000 metros cuadrados de dos pabellones, el 12 y el 14, de IFEMA, además del 1, donde se situará el CECOR o Centro de Coordinación de Seguridad que coordinará Interior. Este tendrá otra sede, cuya localización mantienen por el momento oculta.
El área de líderes y delegados incluirá el espacio central de la cumbre, la Sala del Consejo Atlántico, que está en construcción con un tamaño de más de 1.700 metros cuadrados, aforo para 290 personas, 20 cabinas dobles de interpretación simultánea y una sala de control técnico. Además, habrá una segunda sala destinada a reuniones paralelas de ministros de 1.400 metros cuadrados y aforo de 175 personas y otras 20 salas para reuniones bilaterales entre los mandatarios y sus delegaciones.
Por su parte, el centro internacional de prensa estará abierto 24 horas al día y contará con una extensión de 14.000 metros cuadrados con capacidad entre 2.500 periodistas. Habrá 13 salas de prensa, una de ellas con capacidad para hasta 800 periodistas y donde se darán las principales ruedas de prensa, como la de Stoltenberg el día 30 al término del encuentro.
Las fuentes de Presidencia resaltan que se ha logrado que la decoración de las salas incluya guiños a España, como una manera de romper la frialdad habitual de las sedes de estas cumbres y de reivindicar en el exterior la imagen de España.