Hoy: 22 de noviembre de 2024
«El arbitraje es una herramienta fundamental para reforzar la competitividad de las empresas, mucho más si cabe en una época volátil y marcada por la incertidumbre como la actual». Con estas palabras José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España, en la que está integrada la Corte Española de Arbitraje (CEA), reveló el secreto de la eficacia de esta institución, cuyo secretario general, Adolfo Díaz-Ambrona, lo es también de la Cámara de Comercio de España.
Fue ayer por la noche, en el marco del discurso que pronunció en el acto de celebración de este evento que llevó por lema «40 años al servicio de las empresas» y que tuvo lugar en el Salón Real del Hotel Mandarín Oriental Ritz, en pleno centro de Madrid.
Una cena a la que asistieron e 150 personas, la «creme de la creme» del arbitraje español y que contó con dos invitados especiales: el consejero de Presidencia, Interior y Justicia, Enrique López, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
“Como dice nuestro lema, llevamos 40 años trabajando al servicio de las empresas y vamos a continuar haciéndolo, porque el apoyo al tejido empresarial y al conjunto de la sociedad es la razón de ser de la Cámara de Comercio y de la Corte Española de Arbitraje», afirmó con rotundidad Bonet.PUBLICIDAD
Los datos de la CEA son muy relevantes.
A lo largo de estas cuatro décadas pasadas se ha consolidado como uno de los principales operadores jurídicos a nivel nacional. Sólo en los últimos diez años ha resuelto cerca de 1.200 disputas, con un valor promedio de 100 millones de euros.
«La CEA», aseguró Bonet, «permite ahorrar tiempo y dinero a las empresas y, en consecuencia, les permite mejorar su competitividad y ser más eficientes. La Corte es un referente en el sistema legal español por su agilidad. Porque está obligada a dictar cada laudo en seis meses, frente a los 4 años que tardan los tribunales de justicia».
Esta es la razón por la que las multinacionales son las principales usuarias de este instrumento jurídico, subrayó: «Son las que más recurren a esta vía para resolver sus conflictos mercantiles, ya que permite que empresas de diferentes países y culturas resuelvan sus disputas en un foro neutral, especializado y ajustado a sus necesidades específicas».
Y añadió: «Desde 2019, las empresas con intereses en el exterior tienen la posibilidad de someter sus litigios al Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM), una institución que aúna la experiencia de sus tres entidades fundadoras: La Corte Española de Arbitraje, la Corte de Arbitraje de Madrid y la Corte Civil y Mercantil, cuyo propósito es reforzar el liderazgo de España como centro internacional de resolución de conflictos comerciales».
Elena Otero-Novas, presidenta de la CEA, recordó que en 1981, cuando se creó la Corte Española de Arbitraje, España estaba inmersa en grandes cambios políticos, económicos y sociales.
Se acababa de aprobar la Constitución y estábamos preparando el ingreso en la Comunidad Económica Europea, como se llamaba entonces lo que hoy es la Unión Europea.PUBLICIDAD
“El arbitraje era un completo desconocido en nuestro país», subrayó Otero-Novas. Un sistema resolución de conflictos cuyo origen se remonta a los gremios de mercaderes medievales que comenzaron a desarrollarlo para resolver las diferencias entre sus miembros con personas conocedoras de la materia.
Hilando con estos antecedentes es con los que en 1981 la Cámara de Comercio de España, entonces Consejo Superior de Cámaras, constituyó la Corte Española de Arbitraje. En el mundo exterior el arbitraje estaba ya consolidado. Ahí la Corte Española fue pionera.
“Hoy es el día de reconocer la labor de los presidentes que me han precedido y muy particularmente Bernardo Cremades, que fue el primero, y también de los que le sucedieron, como Manolo Conthe, que están con nosotros», destacó
Otero-Novas rememoró las sucesivas leyes de arbitraje promulgadas y la evolución sufrida por los tribunales de justicia «a la hora de comprender y aplicar estas leyes. Y hay que reconocer que las últimas sentencias del Tribunal Constitucional, muy importantes, definiendo con mayor precisión, cuál es la naturaleza jurídica del arbitraje».
«Esto es muy relevante, destaca Otero-Novas, para que, en la práctica, el arbitraje internacional pueda implantarse en nuestro país. Porque reconoce que el arbitraje parte de un principio rector distinto de la jurisdicción ordinaria: la autonomía de la voluntad de las partes. Estas sentencias secundan esta autonomía y secundan el convenio arbitral en materias que son libremente disponibles para las partes. Y, por lo tanto, cuando los jueces tienen que enjuiciar un laudo arbitral no pueden hacerlo como si estuvieran revisando una sentencia jurisdiccional. “Esto es trascendental para que el arbitraje funcione en la práctica en nuestro país», aseguró.PUBLICIDAD
Enrique López, consejero de Presidencia, Interior y Justicia, durante su intervención reconoció la excesiva litigiosidad existente en los tribunales de justicia y la importancia de los métodos alternativos de solución de conflictos, como el arbitraje.
«Tanta seguridad jurídica aportan los jueces como los árbitros», remarcó de un modo especial. Para terminar con un «Larga vida a la Corte Española de Arbitraje».
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, por su parte, resaltó que «una de las razones de la pujanza de Madrid se debe al trabajo de instituciones como la CEA».
Para afirmar a continuación «Madrid tiene que convertirse en un santuario para la inversión». Y la existencia de instituciones como la CEA son una garantía de seguridad jurídica.
Entre los asistentes a la cena destacan Pascual Sala, expresidente del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Catalá, exministro de Justicia y presidente del Centro Español de Mediación, César Albiñana, socio director de CMS Albiñana & Suárez de Lezo, Pedro Ramón y Cajal, socio presidente de Ramón y Cajal Abogados, Jesús Almoguera vicepresidente, respectivamente, Luis Cazorla, árbitro de la CEA, Matilde García Duarte, coordinadora general de la alcaldía, y también los expresidentes de la CEA mencionados por Otero-Novas, Bernardo Cremades y Manuel Conthe.