El ‘premier’ se ha despedido en una sesión protagonizada por una vorágine de abucheos y aplausos a partes iguales
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha enarbolado este miércoles un discurso de despedida en la Cámara de los Comunes en la que presuntamente sería su última intervención pública hasta la designación de un sucesor. El ‘premier’ ha concluido su alegato con un “Hasta la vista, baby”, la icónica frase pronunciada por Arnold Schwarzenegger en la película Terminator 2.
“Quiero aprovechar los últimos segundos para dar unos consejos a mi sucesor”, ha comenzado. “Que se mantenga cerca de los americanos y que defienda a los ucranianos, la libertad y la democracia en todas partes. Que recorte los impuestos y desregule donde pueda para convertir este país en el mejor lugar para vivir e invertir”. Además, ha recomendado a su sustituto “centrarse en mirar el camino que tiene delante” sin olvidar “vigilar el espejo retrovisor”.
Posteriormente, ha recordado alguno de los principales logros de su Ejecutivo, como la construcción de la autopista M-25, el túnel del Canal de la Mancha y ha espetado que “Twitter no es lo que cuenta, sino la gente que nos trajo aquí”. Ha concebido el balance de su mandato como “una misión cumplida”, cuyos efectos pueden apreciarse en “la superación de la pandemia y la barbarie” y la consecución de “la más amplia mayoría conservadora en 40 años”.
La carrera por la sucesión
El próximo 5 de septiembre se dilucidará si el exministro de Finanzas, Rishi Sunak o la jefa de la diplomacia, Liz Truss, se hacen con el cetro de mando de Reino Unido.
Sunak, de 42 años, se postula como el gran favorito. De origen indio y criado en una cuna de alta alcurnia, The Sunday Times ha cifrado su fortuna en 850 millones de euros. Como ministro de Finanzas, aprobó un paquete de medidas para hacer frente a la pandemia de COVID 19 (“el llamado “Furlough”) y logró estabilizar el empleo.
A pesar de su eficiencia política, los índices de popularidad disminuyeron cuando se desató una polémica que involucraba a su esposa Narayan Murthy, quien se acogió al estatus de “domiciliada” con propósitos de evasión fiscal.
Liz Truss, por otra parte, procede de una familia de extracción humilde y con tendencia política de izquierdas que en nada se asemeja a los privilegios pecuniarios de Sunak. Formó parte del ala dura de los ‘tories’ y reivindicó la salida de Reino Unido de la Unión Europea, lo que le granjeó el rechazo de parte de la sociedad.
Como jefa de diplomacia, Truss ha cerrado decenas de acuerdos comerciales y se ha convertido en una firme defensora de la economía de libre mercado. Con todo, su popularidad se ha visto notablemente aumentada en los últimos debates electorales.