Miles de personas han salido a la calle este lunes en varias ciudades de Israel para celebrar el inicio de la operación que llevará a la liberación de los rehenes secuestrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) hace dos años durante los ataques terroristas del 7 de octubre en los que murieron cientos de israelíes. En el canje, Israel debe excarcelar a unos 2.000 presos palestinos, incluidos 250 condenados a cadena perpetua.
La expectación mundial es máxima con el deseo de que esta paz sea firme y duraradera después de 67.600 palestinos muertos, cientos de ellos por hambre y desnutrición por las atrocidades de una guerra que ha traspasado todos los límites humanitarios y se ha ganado la respulsa mundial.
Un gran número de manifestantes, familiares y allegados de los secuestrados -de los cuales quedan 20 con vida- se han concentrado en la plaza de los Rehenes de Tel Aviv a medida que Cruz Roja entrega al Ejército israelí a los rehenes liberados para su posterior traslado fuera de la Franja de Gaza.
El Foro de las Familias de los Rehenes también ha celebrado su liberación tras «738 agonizantes días de cautiverio», pero recuerdan que «la lucha no ha terminado». «No terminará hasta que el último rehén haya sido recuperado para un entierro adecuado. Solo así el pueblo de Israel estará completo», han señalado sobre los cuerpos de los cautivos muertos durante la guerra o en los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, informa RTVE.
En la plaza, los presentes han desplegado un gran cartel de agradecimiento al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su mediación para lograr un acuerdo entre las partes, según muestran las imágenes retransmitidas por los canales de televisión israelíes.
El propio Trump tiene previsto aterrizar en Israel en las próximas horas para celebrar el acuerdo, poco después de haber asegurado esta misma noche que la guerra entre Israel y Hamás «ha terminado».
La ofensiva israelí contra la Franja, lanzada tras los ataques del 7 de octubre de 2023, ha dejado hasta la fecha más de 67.600 palestinos muertos -entre ellos 460, incluidos 154 niños, por hambre y desnutrición- según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, en medio de las críticas internacionales sobre las acciones del Ejército de Israel, especialmente en torno al bloqueo a la entrega de ayuda, que ha llevado a que el norte de Gaza haya sido declarado como zona de hambruna.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha aterrizado este lunes en el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión, situado al sureste de la ciudad israelí de Tel Aviv, a medida que avanza la puesta en marcha de la primera fase del acuerdo de paz alcanzado entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Trump, que ha sido recibido a pie de pista por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente del país, Isaac Herzog, ha dado ya por «terminada» la guerra entre las partes, que lograron finalmente un pacto al hilo de una propuesta realizada la semana pasada por la Administración estadounidense.
El magnate neoyorquino, que ha saludado a Netanyahu con una amplia sonrisa, admitió durante su viaje a bordo del Air Force One que había mantenido «algunas disputas» con el mandatario israelí. «Ya se han zanjado», dijo entonces.
Los dos líderes han intercambiado varias palabras antes de saludar al resto de los presentes, entre ellos el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, y el embajador israelí, Yechiel Leiter. Trump -que se dirige ahora a la sede del Parlamento israelí- también ha saludado a su enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff, y a su yerno Jared Kushner.
La última vez que el Air Force One -el avión presidencial- aterrizó en Israel fue poco después de los ataques del 7 de octubre de 2023 cuando el expresidente Joe Biden realizó una visita a Israel.