Icono del sitio FUENTES INFORMADAS

Ojalá que el voto bronca a Milei no genere un monstruo en Argentina

El candidato presidencial de Argentina, Javier Milei

En una elección sorprendente para los encuestadores de ambos candidatos y superó la diferencia que se estimaba que iba a haber entre el ganador y el perdedor en el balotaje vivido con mucha pasión este domingo en una Argentina agrietada donde se divide en dos modelos de país.

Ganó la bronca, la reacción al agobio que genera una crisis económica asfixiante con una inflación superior al ciento por ciento.

El bolsillo flaco y los salarios que no llegan a fin de mes ni alcanza para la canasta básica de una familia de trabajadores no dejaron ver el futuro. No había más tiempo, los argentinos elegimos un cambio que no es ni será tal, pero que es entendible.

Se votó en contra de…

Ganó Javier Milei, el candidato que propuso dudas y rupturas en nombre de la libertad, y con la libertad como bandera propone el desguace del Estado, cuando se dice Estado, se dice Salud Pública, Educación Pública, Jubilaciones y subsidios a los servicios públicos, y por lo tanto, de los valores democráticos de una nación.

El país festejó el triunfo porque representó el anti peronismo, la supuesta anti política, y la negación de una mejor distribución de riquezas, representó la motosierra, el descreimiento, la desconfianza.

Ganó el candidato admirador de una acérrima enemiga de la argentinidad como Margaret Thatcher, ganó el negacionismo de la historia dolorosa de un país que prometió tirar por la ventana.

Ganó el dios mercado, la dolarización, las fronteras abiertas en un país vulnerable.

Milei contó con el respaldo de millones de jóvenes que no vivieron la dictadura militar, ni la guerra de Malvinas, ni sabe cuánto dolor les costó a sus bisabuelos, a sus abuelos, a sus padres, a sus hermanos y a sus familiares recuperar el sistema democrático.

Milei contó con los jóvenes que vivieron fracasar económicamente a sus padres.

Ganaron con Milei, “las águilas de la libertad” frase que al menos da miedo por lo que nos enseñó la historia.

Con Milei perdieron los desaparecidos y muertos por la dictadura, los héroes de Malvinas y los jubilados y los vulnerables. Volvieron a perder “los cabecitas negras” y la industrialización.

Argentina tuvo varios períodos liberales durante el siglo XX y XXI, que al estilo argentino, fueron período “conservadores-liberales”, como el implantado por la dictadura cívico-militar, con un costo básico de treinta mil muertos y desaparecidos, otro por el presidente Carlos Menem que mintió con su revolución productiva, con un peso igual a un dólar, que se llevó puesto al gobierno de Fernando de la Rúa y una crisis social feroz incluido muertos, y el tercero, con Mauricio Macri, votado por la misma mayoría que hoy le dieron el triunfo a Milei y se fugaron las divisas prestadas por el FMI. Ninguno de esos gobiernos conservadores-liberales fueron como los del siglo XIX, ideológico y constructivo que construyeron un país poderoso en detrimento de una mayoría indigente.

Este nuevo liberalismo anarquizado es depredador y sin otro interés que la desindustrialización y la agroexportación: es decir: el interés general y la soberanía despreciadas, devaluadas en pos de una transformación definitiva de la pampa húmeda en una factoría.

Quién es Milei

Un libertario radical y admirador de Donald Trump que dio el giro más brusco a la derecha del país. Economista de extrema derecha de 53 años y ex comentarista de televisión sin experiencia de gobierno, obtuvo casi el 56% de los votos, con más del 99% escrutado.

Con Milei, Argentina da un salto hacia lo desconocido, con un líder que promete hacer añicos todo el sistema.

Blandiendo motosierras durante la campaña electoral, Milei prometió recortar drásticamente el gasto público en un país que depende en gran medida de las subvenciones públicas. Prometió dolarizar la economía, cerrar el banco central y reducir de 18 a 8 el número de ministerios. Su lema de campaña era acabar con la “casta” política del país, una versión argentina del “drain the swamp” de Trump.

Una presidencia de Milei lleva a la extrema derecha al poder en la tercera mayor economía de América Latina, y podría tener profundas implicaciones para la región y el mundo.

En un continente dominado por líderes de izquierda, Milei podría crear tensiones con los gobiernos a los que ha atacado, incluido su socio comercial y vecino Brasil. En una era de creciente influencia china en América Latina, Milei podría convertirse en el antagonista más ruidoso de la región frente a un país al que una vez llamó “asesino”.

Milei se hizo un nombre como comentarista de televisión que insultaba a otros invitados, y ha mostrado una tendencia a pelearse con los medios de comunicación. Ha difundido teorías conspirativas y ha hecho afirmaciones infundadas sobre fraude electoral. En debates presidenciales, ha puesto en duda el recuento ampliamente aceptado de asesinatos durante la Guerra Sucia de 1976 a 1983.

Ha tachado al Papa Francisco, argentino, de izquierdista “malvado, de representante del maligno.

Del cambio climático, dice, que es una “mentira socialista”

Muchos argentinos optaron por pasar por alto los mensajes de Milei que les incomodaban. Para algunos, el voto al outsider fue reticente pero estratégico.

Esta vez, el árbol votó a la motosierra.

Salir de la versión móvil