Hoy: 23 de noviembre de 2024
Este jueves, el secretario general de la ONU, ANtonio Guterres, y el presidente turco, Recep Erdogan, se han reunido en Estambul para supervisar la firma del primer acuerdo entre Rusia y Ucrania en lo que va de conflicto armado. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, y el ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksander Kubrakov han concluido que de ahora en adelante se desbloqueará la exportación de grano ucraniano y de fertilizantes rusos a través del mar Negro.
El anuncio ha emanado de Erdogan, quien esta misma mañana ha comunicado a los medios internacionales que pronto “daría una gran noticia al mundo”. “Será el primer paso para resolver la crisis de alimentos” que aún afecta a buena parte de Europa y Oriente Medio, donde los precios de los víveres se han visto incrementados más del 30%. Las líneas maestras del acuerdo dictan que este tendrá una duración de cuatro meses y dejará la puerta abierta a una futura renovación sin necesidad de negociación expresa.
Guterres está convencido de que la iniciativa “traerá alivio a los países en desarrollo al borde de la bancarrota y las personas más vulnerables al borde de la hambruna” y “ayudará a estabilizar los precios mundiales de los alimentos, que ya estaban en niveles récord incluso antes de la guerra”.
La entrada en vigor del acuerdo afectará a millones de toneladas de grano, que serán retiradas, de acuerdo con las previsiones, en alrededor de un mes y medio, a razón de cinco millones de toneladas por semana. De esta manera, se lograría llegar al período de cosecha con un suministro de trigo suficiente para abastecer a los principales compradores.
La firma ha suscitado la desconfianza en ambas partes ante una posible introducción ilegal de armas en el país enemigo. Este temor se ve notablemente incrementado a la luz de lo sucedido el pasado 4 de julio, cuando Turquía interceptó un carguero ruso presuntamente equipado con 7.000 toneladas de trigo presuntamente robado de las arcas ucranianas.
A este respecto, Erdogan ha asegurado que se garantizará el “traslado seguro” de los barcos, así como su “llegada a un punto de destino”, para tratar de disipar las polémicas y estrechar unas relaciones que se han ido enfriando con el transcurso de los meses. Dicha supervisión quedará en manos de un órgano creado a tal efecto, el Centro de Coordinación Conjunto.