Hoy: 23 de noviembre de 2024
Myriam Stefford fue una joven suiza cuyo nombre real era Rosa Martha Rossi Hoffman. Su pasión fue volar. A finales de los años 20 del siglo XX conoció en Venecia (Italia) al escritor Raúl Carlos Barón Biza, multimillonario argentino, y se enamoró perdidamente. Él la sedujo y la convenció para que viajasen juntos a Buenos Aires.
En Argentina vivieron un amor apasionado y deciden volver a Italia para casarse el 28 de agosto de 1930 en Venecia. A la fiesta asistieron personajes de la nobleza italiana como la condesa Albrizzi, la duquesa Di Sandro, pero también la princesa Lusigne de Francia, escritores, artistas, aristócratas y empresarios argentinos y europeos.
Raúl Carlos Barón Biza fue un excéntrico que transitó por la política, misógino y bon vivant. Había nacido en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1899. Fue el menor de cinco hijos descendientes del matrimonio compuesto por Wilfrido Barón (francés) y de la argentina Catalina Biza.
Personaje polémico, irascible, pródigo; llevó una vida disipada en distintos países europeos como en Estados Unidos. Fue un asiduo organizador de fiestas y banquetes a la que concurría lo más selecto de la sociedad argentina, tanto en la provincia de Córdoba como de Buenos Aires. Frecuentaba prostitutas, bailes y bebía solo champagne francés.
En 1903 su padre compró una estancia en la ciudad de Alta Gracia, en la pampa cordobesa a pie de las sierras, (1800 hectáreas) y lo manda a estudiar a Harvard. Allí escribió su primer libro: Por qué me hice revolucionario. Después, y frente a un amor frustrado publicó Del ensueño (1918) y posteriormente, Alma y carne de mujer (1923).
La pareja, ya casada en Venecia, regresa a Buenos Aires y su vida transcurre entre la estancia de Alta Gracia (bautizada Myriam Stefford) y el lujoso departamento que poseía Barón Biza en la distinguida Avenida Quintana de Buenos Aires.
Myriam ilusionada con volar aprendió a pilotear aviones. Se entrenó en el aeródromo de Castelar donde obtuvo el brevet correspondiente.
Como premio, Barón Biza le regaló un avión pequeño biplaza que lo denomina “El Chingolo”. Después de sus primeras experiencias de vuelo Myriam decidió realizar un extenso viaje, —recorrer toda la Argentina— en compañía de Luis Fucks, su instructor de vuelo.
Barón Biza no estuvo de acuerdo con ese proyecto y no simpatizaba con Fucks, sin embargo, Stefford y Fucks emprendieron el viaje con bombos y platillos. Era una experiencia que llamaría la atención pública y de la prensa. Pero, a poco de volar y cuando el avión ingresó al espacio aéreo de la provincia de San Juan en cercanía de la cordillera de Los Andes, el avión se precipitó el 26 de agosto de 1931 en la localidad sanjuanina de Marayes, Departamento Caucete. A raíz del desplome y los golpes fallecieron los dos ocupantes.
Se especuló que el accidente habría sido provocado intencionalmente ya que el motivo de la caída del avión fue el desprendimiento de una chaveta, pieza simple la cual no había podido caerse en forma tan fácil.
En los círculos sociales de la aristocracia argentina corría una versión que Barón Biza sospechaba de una relación amorosa entre Luis Fucks, el instructor de vuelo, y su esposa.
El cuerpo de Myriam quedó totalmente calcinado y fue velada a cajón cerrado en el Centro de Aviación Civil de Buenos Aires.
Para disipar las sospechas o demostrar su gran amor, el loco Barón Biza resolvió construir un inmenso monumento para recordar a su esposa y lo hizo dentro de la estancia de su propiedad ubicada en Alta Gracia.
El mismo estuvo a cargo del arquitecto Fausto Newton. Trabajaron 100 obreros en su mayoría de origen polaco, demoraron un año y tiene una altura de 82 metros más alto que el obelisco de Buenos Aires y posee 170 toneladas de hierro, 406 escalones y en la planta baja hizo grabar un epitafio que reza: “Maldito sea el que profane esta tumba y grabó también la fecha” (1935).
El monumento se encuentra situado sobre la Ruta 5 de la provincia de Córdoba en el centro de Argentina, a pocos kilómetros de Alta Gracia en dirección a Santa Rosa de Calamuchita, mano izquierda. Cuando el monumento estuvo terminado, Barón Biza organizó una ceremonia de inauguración a la que asistieron altas personalidades políticas de Córdoba; entre ellas Amadeo Sabattini dirigente radical y futuro gobernador de la provincia.
Barón Biza falleció trágicamente en Buenos Aires el 18 de agosto de 1964.
Excelente nota !!!