Hoy: 28 de noviembre de 2024
La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 19 años de prisión a un sargento de la Guardia Civil por violación y acoso laboral a una subordinada en el cuartel de Molina de Segura, Murcia. Los hechos, que tuvieron lugar entre septiembre de 2010 y marzo de 2015, han sido motivo de una exhaustiva sentencia por parte de los magistrados Jacobo Barja de Quiroga López, Clara Martínez de Careaga y García, José Alberto Fernández Rodera, Fernando Marín Castán y Ricardo Cuesta del Castillo.
El Tribunal Supremo ha rechazado los seis motivos del recurso de casación presentado por el condenado contra la sentencia del Tribunal Militar Territorial Primero. La condena incluye un delito consumado y continuado de violación en concurso ideal con un delito de lesiones psíquicas graves, por lo cual se le impusieron 13 años y medio de prisión, y dos delitos continuados de abuso de autoridad: uno por trato degradante a inferior, con una pena de 2 años y diez meses de prisión, y otro por maltrato de obra a inferior, con una pena de 2 años y ocho meses de prisión.
La sentencia, redactada por el magistrado Fernando Marín Castán, describe una serie de abusos que comenzaron en septiembre de 2010 y se extendieron hasta marzo de 2015, cuando la víctima fue dada de baja médica. Durante este periodo, el sargento violó repetidamente a su subordinada tanto en el cuartel como en su domicilio. Además, el condenado envió correos de contenido sexual, la humilló, cosificó e insultó.
En un intento de ejercer control absoluto, el sargento forzaba a la víctima a cumplir con sus demandas sexuales y laborales bajo amenaza de cambiar sus horarios y asignarle tareas ajenas a sus funciones. Este patrón de comportamiento incluyó la presión para que la guardia civil abortara tras quedar embarazada, reiterándole que “eso lo sacas de ahí”.
Los magistrados han considerado que los hechos reflejan una pluralidad de agresiones sexuales y vejaciones constitutivas de trato degradante, así como maltratos físicos. Estas acciones fueron ejecutadas en el marco de una relación de abuso de autoridad prolongada en el tiempo.
El tribunal destaca que las conductas no ocurrieron de manera aislada, sino sostenida, aprovechando el condenado su posición jerárquica para someter a la víctima. La sentencia pone de manifiesto que el sargento se aprovechó de su superioridad jerárquica para obtener el sometimiento de la víctima mediante actos repetidos de trato degradante, insultos, amenazas y maltratos físicos.
En la resolución, se subraya la importancia de no solo castigar a los culpables de delitos tan graves, sino también de sentar un precedente que prevenga futuros abusos dentro de las fuerzas de seguridad. La sentencia destaca la necesidad de una vigilancia continua y rigurosa para evitar que se repitan este tipo de conductas, insistiendo en que el entorno laboral debe ser seguro y respetuoso para todos los miembros del cuerpo.
La ratificación de la condena por parte del Tribunal Supremo refuerza la gravedad de los delitos cometidos y subraya la necesidad de una estricta vigilancia y sanción de abusos de autoridad dentro de las fuerzas de seguridad. Este fallo sirve como un recordatorio de la importancia de proteger a las víctimas y garantizar un entorno laboral seguro y respetuoso.