Durante la reunión, los ministros se esfuerzan por esclarecer las 36 horas en las que Yevgueni Prigozhin y las tropas mercenarias del Grupo Wagner se rebelaron contra el liderazgo de Rusia, planteando la mayor amenaza al control del poder de Vladimir Putin desde su llegada al Kremlin hace más de 20 años. Las declaraciones de Josep Borrell, responsable de Política Exterior de la UE, reflejan la preocupación ante esta situación, señalando que la guerra contra Ucrania iniciada por Putin y el surgimiento de Wagner como un ‘monstruo’ están atacando al propio Putin
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reunieron hoy en Luxemburgo para abordar las consecuencias del intento de golpe militar en Rusia, en un cambio de agenda debido a los sorprendentes acontecimientos del fin de semana. Aunque la reunión tenía previsto centrarse en la ayuda militar a Ucrania, las tensiones entre Kosovo y Serbia, las sanciones contra Irán y las relaciones con América Latina, los recientes sucesos han llevado a los ministros a abordar la situación en Rusia.
Durante el encuentro, los ministros han estado tratando de esclarecer los detalles de las 36 horas en las que Yevgueni Prigozhin y las tropas mercenarias del Grupo Wagner se rebelaron contra el liderazgo de Rusia, planteando una amenaza significativa al control del poder de Vladimir Putin en más de 20 años de su mandato en el Kremlin.
El señor Josep Borrell, responsable de Política Exterior de la Unión Europea, expresó su preocupación durante su llegada al encuentro, señalando que “la guerra contra Ucrania iniciada por Putin, y el monstruo que Putin ha creado con Wagner, le está atacando ahora. El monstruo está actuando contra su creador”. El Alto Representante también destacó que estos eventos evidencian las fragilidades del sistema político y el resquebrajamiento del poder militar, señalando que son consecuencias significativas de la guerra en Ucrania.
Por su parte, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, describió la rebelión como una “lucha de poder interna” en la que la Unión Europea no intervendrá. Sin embargo, señaló que Rusia, a través de esta brutal guerra de agresión, está destruyendo su propio país.
La ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna, destacó que la comunidad internacional aún no ha evaluado todas las consecuencias de la insurgencia y que los eventos actuales plantean más preguntas que respuestas. Además, resaltó las tensiones internas y las grietas en el sistema como un resultado evidente de los sucesos.
Ante la creciente “imprevisibilidad” en Rusia, el ministro lituano Gabrielius Landsbergis instó a los aliados occidentales a reforzar el flanco oriental de Europa. Landsbergis enfatizó la rapidez con la que los acontecimientos pueden desarrollarse y la necesidad de tomar medidas preventivas para salvaguardar la región.
En cuanto al acuerdo supuestamente mediado por el presidente bielorruso Aleksander Lukashenko, que llevó a Prigozhin a desconvocar abruptamente el motín y retirar sus tropas, Landsbergis planteó dudas sobre su contenido y expresó incertidumbre sobre el futuro de Wagner como organización mercenaria y la autoridad de Prigozhin.
El Kremlin no ha anunciado cambios en la cúpula militar rusa, una de las principales demandas de Prigozhin.