Hoy: 21 de noviembre de 2024
La NASA ha dado comienzo a su nueva misión espacial desde el Centro Espacial Kennedy, con el despegue de su nuevo y gran cohete, en Florida. Con esto, la agencia logra un hito importante en su objetivo de volver a enviar astronautas a la Luna.
“Nos elevamos juntos, de regreso a la Luna y más allá”, dijo el comentarista del lanzamiento, Derrol Nail, mientras el poderoso cohete tronaba sobre los cielos nocturnos de Cabo Cañaveral.
El lanzamiento puso una cápsula de astronautas sin tripulación, llamada Orión, en órbita terrestre y con un rumbo planificado para volar más allá de la Luna y regresar durante los próximos 26 días. Este primer intento, conocido como Artemis I, probará si el cohete y la cápsula podrán transportar humanos de manera segura, mientras realizan una serie de experimentos científicos.
Esta es la primera vez en medio siglo que la NASA ha volado un cohete lo suficientemente poderoso como para enviar humanos más allá de la órbita terrestre baja.
Para muchos investigadores, el Artemis I representa el comienzo simbólico de una nueva era de exploración lunar en EE. UU. La NASA llamó a este y a los vuelos planificados posteriores ‘Artemisa‘, en homenaje al programa ‘Apolo‘, que envió a 12 astronautas a la superficie lunar entre 1969 y 1972. En la mitología griega, Artemisa es la diosa de la Luna y hermana gemela del dios Sol Apolo.
Con el programa Artemis, la NASA pretende establecer una presencia a largo plazo en la Luna. Esto dará comienzo con una serie de módulos de aterrizaje robóticos a principios del próximo año, seguidos por astronautas que aterrizarán en el polo sur lunar no antes de 2025. Además, posteriormente se pretende establecer una estación espacial lunar y una base de operaciones.
No obstante, la ciencia también se beneficiará. Los astronautas que aterricen en la Luna estudiarán el hielo oculto en los cráteres del polo sur lunar nunca explorado anteriormente. Eso conllevará recolectar rocas lunares, lo que Estados Unidos no ha hecho desde la última misión Apolo en 1972. El análisis de las rocas lunares en el polo sur podría revelar secretos del Sistema Solar primitivo que los científicos han esperado durante mucho tiempo descifrar. “Nos morimos por bajar a la superficie y recuperar esas rocas”, alega Brett Denevi, investigador lunar del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Maryland. “Estamos al borde de algo realmente emocionante”, sentencia en una entrevista para la revista Nature.