Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha ratificado la sentencia de la Audiencia de Álava, que condena a un hombre a 17 años y tres meses de prisión por agredir sexualmente, robar y golpear a su sobrina durante tres décadas.
El tribunal rechazó el recurso del procesado, que alegaba vulneración de su derecho a la presunción de inocencia y cuestionaba la credibilidad de la víctima debido a sus problemas psiquiátricos y psicológicos.
El TSJPV determinó que la capacidad de una persona con trastorno mental para dar un testimonio fiable no puede ser cuestionada, ya que esto implicaría una discriminación incompatible con la igualdad real y efectiva de las personas con diversidad funcional. Aclaró que la fiabilidad de un testimonio puede ser puesta en duda solo si se demuestra que es una manifestación de la patología y, por tanto, desconectada de la realidad de los hechos.
Durante el juicio, peritos en psiquiatría y psicología testificaron que el testimonio de la víctima no era una manifestación de su trastorno, concluyendo que no había fabulación, delirio ni mendacidad. El TSJPV subrayó que el testimonio de la víctima era creíble y estaba corroborado por declaraciones de testigos e informes periciales, validando su relato.
La resolución del TSJPV, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, concluye que la declaración de culpabilidad del procesado fue justificada de manera compatible con su derecho a la presunción de inocencia.
Además, la defensa del procesado argumentó que la extensa duración de los hechos y la falta de pruebas físicas recientes deberían haber debilitado la credibilidad del testimonio. Sin embargo, el tribunal consideró que la consistencia del relato de la víctima a lo largo del tiempo y el respaldo de los testimonios de expertos y testigos eran suficientes para mantener la condena.
Por otro lado, organizaciones de derechos de las víctimas han aplaudido la sentencia del TSJPV, destacando que refuerza la importancia de creer en los testimonios de las víctimas de abuso, especialmente cuando se enfrentan a dificultades adicionales debido a problemas de salud mental. Esta sentencia, según las organizaciones, envía un mensaje claro de que la justicia no debe ser sesgada por estigmas asociados a la salud mental.