Hoy: 23 de noviembre de 2024
Cuando los apóstoles, después de la resurrección de Jesucristo, aparecieron predicando en medio de las plazas, todos creyeron que estaban embriagados. Y lo estaban, pero de Dios.
Baudelaire explica con ardor cuál debe ser nuestra postura ante los desatinos que hemos de escuchar cada día: “Hay que estar siempre borrachos. Todo consiste en eso: es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del Tiempo, que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua. Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud. De lo que queráis, pero embriagaros”. …Una copita de cada no estaría mal para soportar el diario atrevimiento de tantos y tan incontables disparates.