Hoy: 23 de noviembre de 2024
La periodista Ana Rosa Quintana ha vuelto a su programa tras once meses en los que ha estado retirada de su actividad profesional por un cáncer de mamá que la ha llevado a vivir un período “duro” en el que ha “echado de menos su libertad”, pero en el que también ha hallado “muchas cosas positivas”, como el cariño recibido.
“Esto es como volver a recuperar tu vida”, ha subrayado la presentadora durante una rueda de prensa, en la que ha agradecido el apoyo que ha recibido durante todos estos meses y especialmente en el día de su regreso al frente de El programa de Ana Rosa, que volverá a presentar de lunes a jueves. Los viernes descansará cediendo su lugar a Joaquín Prat y Patricia Pardo.
Para la periodista, esta jornada ha sido un “carrusel de emociones”, desde emoción a alegría e, incluso, cierta incertidumbre por no saber si iba a poder formular palabra durante el programa por todo lo que estaba viviendo desde que ha llegado a la sede de Mediaset, donde ha sido arropada por sus compañeros.
En esta jornada de regreso “brutal”, en el que se ha visto “sorprendida y desbordada”, la periodista también ha recordado los meses duros que le ha tocado vivir por el cáncer de mamá, del que ha advertido que todavía no está recuperada.
“Abandoné mi cuerpo y se lo entregué a la ciencia”, ha dicho sobre lo ocurrido tras el diagnóstico, cuando se encaminó a un tratamiento en el que ha recibido 16 sesiones de quimioterapia y 15 de radioterapia, junto con dos intervenciones quirúrgicas.
Todo ello le ha permitido encontrarse mejor como para volver al trabajo, pero ha avisado de que no sabe cuándo estará curada: “No sé si dentro de cinco años me darán el alta”.
“Me tengo que cuidar, tengo que parar”, ha recalcado la presentadora, que tiene el objetivo de cumplir con estas recomendaciones mientras continúa con su actividad laboral. “Vamos a ir viendo”, ha apuntado sobre su futuro.
Por otro lado, ha detallado cómo ha vivido estos meses en casa, en los que ha pasado mucho tiempo en el sofá, viendo series y leyendo libros, así como haciendo ejercicio con un entrenador físico especializado en oncología.
“Me he sentido recluida y muy condicionada”, ha lamentado sobre este período, del que también ha sacado cosas positivas, como poder desayunar con sus hijos, a los que en 17 años no había visto marcharse al colegio.
Respecto a las noticias de estos meses, ha lamentado no haber podido informar sobra la guerra de Ucrania, el cambio de la presidencia del Partido Popular y, sobre todo, el fallecimiento de la reina Isabel II, del cual ha destacado el despliegue en Reino Unido para el funeral, algo “emocionante e impresionante”.
Por otro lado, ha agradecido haber podido evitar observar imágenes “tan terribles y duras” como las de la guerra: “Había días que decía ‘no puedo mirarlo’. Yo podía apartar la vista pero, si lo estás contando, no puedes”, ha reflexionado.
Por último, la periodista ha contado que durante este período alejada de la pantalla se ha dado cuenta de la calidad de la televisión nacional. “Es acojonante lo que hacemos en España en la televisión”, ha aplaudido, destacando los programas a nivel informativo pero también las series, de todas las cadenas y también de las plataformas. “Ahora la televisión es la vida en rigurosísimo directo”, ha sentenciado.