Hoy: 23 de noviembre de 2024
Lo que somos se ha ido construyendo a base de miradas y paisajes, de pequeñas sabidurías que llegan amontonadas entre constantes equivocaciones. Desaparecen, o no llegan, las arrugas si somos comprendidos, mejor, si sentimos el amor y su latido en la antesala del pecho.
Cuando se es amigo de alguien no se le ven defectos, pero los tiene. Mal haríamos sacándole brillo a una perfección que no ha alcanzado y que, si no se purifica, más que amor, es la arena del desamor lo que le estamos ofreciendo.
Dios hace eso con nosotros amándonos como a hijos, como amigos que conocen confidencia y secretos, sin que deje de amonestarnos cuando se escapan de nuestro compromiso el cansancio de seguirle. Amor y pedagogía para que la humildad regrese a los límites de lo verdadero.
Asegurar la perfección propia o ajena es no haber encendido el candelabro que gobierna las dudas.