Hoy: 23 de noviembre de 2024
Dadas las últimas noticias en relación con los posibles casos de sumisión química mediante pinchazos en la piel a varias mujeres en las Fiestas pamplonesas de San Fermín, se está creando cierta alarma social en torno a este tema y cada vez son más las mujeres que tienen miedo a salir de fiesta y ser víctimas de esta nueva práctica que suele ir acompañada de otros hechos delictivos como violaciones o robos.
La sumisión química ocurre cuando una persona administra una droga o sustancia a otra sin su consentimiento y sin que la víctima se dé cuenta de ello. De esta manera, se puede modificar el estado consciencia de la otra persona y manipular su voluntad, sin que pueda hacer nada para evitarlo, ya que está bajo los efectos de sustancias que se lo impiden.
El delito que más frecuentemente tiene lugar tras la sumisión química es la agresión sexual y la mujer es la víctima en la mayoría de los casos. Según el Instituto Nacional de Toxicología, una de cada tres violaciones son llevadas a cabo bajo sumisión química. Las sustancias utilizadas en este proceso actúan sobre el sistema nervioso central, deprimiéndolo o estimulándolo. Las más frecuentes son las sustancias depresoras que producen una disminución del nivel de consciencia y sedación.
Estas sustancias pueden ser desde las más “inofensivas” a nuestra vista, como bebidas alcohólicas, hasta medicamentos -ansiolíticos y sedantes, entre otros- o drogas como cannabis (marihuana y hachís), cocaína, éxtasis, etc. En diferentes estudios se han identificado más de 50 sustancias posibles. En los casos de sumisión química mediante pinchazo, los más utilizados son el Gamma Hydroxibutirato (GHB) o éxtasis líquido.
Los casos de sumisión química mediante inyección ya son conocidos desde hace tiempo en algunos países como Reino Unido, donde ya en otoño del año pasado se comenzaron a detectar un número elevado de casos. Poco a poco se ha ido extendiendo esta práctica a otros países como Bélgica o Francia, hasta llegar a nuestro país.
Los principales efectos que pueden producir este tipo de sustancias psicoactivas son amnesia, sedación, efectos alucinógenos, desinhibición, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, comportamientos extraños, etc. Además, las víctimas que han sufrido pinchazos relatan darse cuenta por la clara sensación de sentir una aguja entrando en la piel y por el pequeño moratón que queda posteriormente en la zona.
Si se tienen sospechas de que se ha podido ser víctima de la sumisión química, lo más importante es permanecer siempre acompañado/a de personas de confianza y acudir lo más rápidamente posible a un centro sanitario para recibir asistencia médica y poder denunciar los hechos.
Es importante acudir al centro sanitario a la mayor brevedad posible puesto que es determinante para poder detectar adecuadamente la sustancia que pudiera haber sido inoculada. Ello se debe a ya que algunas pueden desaparecer en poco tiempo del organismo o pasar inadvertidas al haberse inyectado una pequeña concentración de estas. Además, los pinchazos con agujas contaminadas pueden suponer la infección con virus como el de la hepatitis B o C, o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), por lo que serán necesarios tratamientos profilácticos específicos.