La cotorra argentina se ha convertido en una de las especies exóticas invasoras más exitosas del planeta. Así lo indica un estudio internacional publicado en Ornithological Applications, que modeló su expansión global utilizando 25 variables climáticas, geográficas y humanas.
El informe, difundido por El País, fue liderado por investigadores de la Universidad de Málaga y advierte que esta ave fue introducida por el ser humano como mascota.
Actualmente, coloniza regiones urbanas de España, Reino Unido, Italia y otros países europeos. Según el estudio, su avance está directamente vinculado a la actividad humana.
Principalmente, se multiplica en zonas densamente pobladas, donde muchas veces fue liberada por sus dueños debido a los molestos ruidos que emite.
En Europa, la preocupación gira en torno al ruido, el deterioro de la biodiversidad y los daños en infraestructuras. Pero también crece el temor por su impacto en la agricultura, algo que ya ocurre en sus regiones de origen como Argentina, Brasil y Uruguay.
En Argentina, país agrícola por excelencia, estas aves pueden generar pérdidas importantes en cultivos de maíz, girasol y árboles frutales.
Sin embargo, el impacto muchas veces se relativiza por la magnitud de las áreas productivas. Explican desde el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria):
«Muchas veces el daño se diluye en la escala de grandes superficies y no siempre justifica campañas sistemáticas de control. Sale mas caro controlar que aceptar que te coman algo»
A diferencia de Europa, donde se han implementado métodos como anticonceptivos orales, trampas y caza, en Argentina las medidas son más puntuales. Algunos productores recurren a ahuyentadores sonoros, redes o caza ocasional. Agrega el INTA.
“En campos chicos puede ser devastador, pero en grandes extensiones se dispersa el daño y no siempre se prioriza su manejo”
El modelo global también identifica zonas de alto riesgo aún no colonizadas. Entre ellas están Australia, Nueva Zelanda, Marruecos, Sudáfrica y varios países asiáticos como Omán, Yemen, Malasia, Vietnam y Tailandia.
En muchos de estos lugares, las condiciones climáticas y ecológicas son ideales. Por eso, los autores del estudio instan a tomar medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde.