Un apagón masivo ha paralizado este lunes buena parte de España, generando un escenario caótico en comercios, sucursales bancarias, transportes, estaciones de servicio… Desde mediodía, cientos de tiendas bajaron sus persianas, los terminales de pago quedaron inoperativos y muchos ciudadanos se lanzaron a buscar efectivo y artículos de primera necesidad.
Los supermercados grandes, como Dia e Inditex, optaron por cerrar, mientras que pequeñas tiendas de conveniencia y bazares intentaban seguir funcionando a base de pagos en metálico. SuperCor, farmacias y cafeterías como Sanpas, en Madrid, operaban entre dificultades. Las largas colas para adquirir linternas, pilas o agua embotellada se repitieron en ciudades como Madrid, Cádiz y Sevilla.
El caos se trasladó también al sistema financiero. El Banco de España confirmó que la mayoría de los TPV funcionan, aunque con actividad reducida. Algunos bancos, como Sabadell y Santander, lograron mantener operativos sus dispositivos, pero la retirada de efectivo en cajeros quedó bloqueada en numerosas zonas, según una información publicada en El País.
Las gasolineras, dependientes del suministro eléctrico para bombear combustible, también resultaron afectadas. En barrios como Ciudad Lineal, en Madrid, las estaciones cerraron completamente, generando preocupación entre los conductores, mientras las carreteras estaban colapsadas generando así un caos en el tráfico.
Mientras las aplicaciones bancarias funcionaban de forma irregular, Bizum sufrió interrupciones durante toda la jornada. La incertidumbre creció a medida que la falta de electricidad se prolongaba, aunque el Gobierno pidió calma en un mensaje televisado y descartó que existiera riesgo de abastecimiento generalizado.
Los contenedores de basura de Madrid rebosaban este lunes tras un cúmulo de circunstancias que dejaron la ciudad al borde del colapso. La huelga de servicios de limpieza, que ya había vaciado las aceras de trabajadores durante días, tenía prevista su resolución justo ayer. Sin embargo, el histórico apagón que afectó a toda la península frustró cualquier intento de normalizar la situación.
Los camiones de recogida no pudieron salir y la basura siguió acumulándose en las esquinas y parques de la capital. El apagón no solo paralizó la electricidad: bloqueó también la logística de un servicio esencial en plena crisis de salubridad.
Así amaneció Madrid: con bolsas apiladas junto a los contenedores saturados, malos olores en el ambiente y un paisaje urbano insólito para una ciudad que intenta recuperar la normalidad tras una jornada histórica de caos.
Numerosos cierres de pequeños comercios no pudieron funcionar por la falta de suministro eléctrico, dejando así a los trabajadores vigilando sin luz a la espera de que vuelva la electricidad. En tiendas que se requiere congeladores como heladerías o pescaderías la mayoría del género se ha echado a perder.
En las calles el único sonido que se podía escuchar eran sirenas de ambulancias o bomberos y claxon de los coches al no haber semáforos operativos. El trafico era denso y algunos conductores se desesperaban al ver que no llegaban a tiempo a sus destinos.
Se está a la espera de ver como evoluciona la situación para poco a poco ir volviendo a la normalidad. Hasta ahora los colegios públicos y concertados permanecerán abiertos pero su horario no será lectivo.
El apagón eléctrico que afectó a gran parte de España desde el mediodía del lunes ha provocado una crisis sin precedentes en el transporte ferroviario. Según datos oficiales, 116 trenes quedaron varados en diferentes puntos del país, con aproximadamente 35.000 pasajeros atrapados a bordo. Muchos de ellos pasaron la noche en estaciones como Atocha y Chamartín, donde improvisaron campamentos con mantas y cartones ante la falta de alternativas. Otros tuvieron que atravesar andando por vías del tren hasta poder llegar a la estación.
La solidaridad ciudadana emergió en estas circunstancias, con vecinos ofreciendo alojamiento y alimentos a los afectados. El servicio ferroviario aún opera con restricciones, especialmente en rutas hacia Galicia y Sevilla, y en los servicios de Cercanías de Madrid y Rodalies de Cataluña, que funcionan al 50% y están suspendidos, respectivamente.