Cada dos días, en algún punto de España, un trabajador no regresa a casa. No por un fallo en la maquinaria, ni por una caída en altura: por un accidente de tráfico. La carretera se ha convertido, en silencio, en uno de los espacios laborales más mortíferos del país.
Entre 2020 y 2024, 3.410 personas perdieron la vida por causas laborales. De ellas, 901 murieron en la carretera. El dato no admite rodeos: el 26% de las muertes en el trabajo se produce al volante, en trayectos laborales o en el camino de ida y vuelta. Lo confirma Umivale Activa en su último estudio sobre siniestralidad vial, una realidad que aún cuesta visibilizar.
El perfil de las víctimas también tiene un patrón repetido: hombre (96,1% de los fallecidos en jornada laboral), entre 21 y 50 años, y al volante de un coche (43,2% de los casos). Son cifras que hablan, sí, pero sobre todo duelen: detrás de cada número hay un nombre, una familia que no entiende por qué nadie vio venir esta tragedia que se repite, puntual, cada 48 horas.
El 70% de los accidentes laborales de tráfico no suceden durante el horario de trabajo, sino en los trayectos de ida o vuelta al puesto. Las primeras horas de la mañana y el mediodía son los momentos más críticos. La rutina, las prisas, el cansancio o un semáforo mal interpretado pueden ser suficientes para cambiarlo todo.
Sectores como hostelería, transporte y reparto postal encabezan la lista de los más golpeados. Camareros, conductores de reparto, mensajeros y vendedores son algunos de los colectivos más expuestos, muchas veces sin formación en prevención vial y con jornadas tan exigentes como imprevisibles.
Con motivo del Día Mundial de la Seguridad Vial, Umivale Activa ha lanzado una nueva edición de su campaña #ConduceSeguro, una iniciativa que busca poner el foco en la prevención a través de contenidos audiovisuales didácticos e interactivos.
Este año se suman seis nuevos vídeos —con versiones participativas que incluyen preguntas al final— que abordarán desde las infracciones más comunes hasta el riesgo de deslumbramientos, repostaje, desplazamientos en invierno o el impacto del alcohol al volante. Todos los materiales estarán disponibles en su web, donde ya hay 24 vídeos previos, una infografía 360º y recursos didácticos por tipo de vehículo.
“No podemos dejar de trabajar en la prevención y en la concienciación, porque la siniestralidad no se reduce”, recuerda José Luis Cebrián, técnico superior de Prevención de Riesgos Laborales y coordinador del estudio. Y tiene razón. Las cifras son claras, pero lo urgente es cambiar el rumbo.
La seguridad vial no es solo cuestión de normas, sino de cultura, de entender que un trayecto más corto o rutinario no es menos peligroso. Y que nadie debería jugarse la vida cada mañana por ganarse la vida.